Las autoridades de la Franja de Gaza denunciaron hoy que al menos 36 palestinos del territorio murieron en prisiones israelíes debido a las torturas y vejaciones a las que fueron sometidos en los últimos nueve meses.
En un comunicado, señalaron que la cifra se suma a los 18 ciudadanos de Cisjordania que perdieron la vida en centros penitenciarios de la vecina nación desde el 7 de octubre del pasado año, cuando estalló el actual ciclo de violencia.
El texto acusó a Israel de cometer crímenes contra la humanidad en sus cárceles, incluido la desaparición forzada de reclusos.
Las prisiones se convirtieron en fosas comunes para miles de personas, alertó el documento, que criticó a las instituciones internacionales como la Cruz Roja por no actuar ante esa situación.
Según los testimonios de numerosos detenidos liberados recientemente, en esas instalaciones son sistemáticos los métodos de tortura y tratos inhumanos y degradantes.
Citó entre esas prácticas, las palizas, la hambruna sistemática, la privación de sueño, la falta de atención médica, el uso de perros para amenazar y la exposición a bajas temperaturas.
Uno de los métodos de tortura es invitar a funcionarios y civiles a presenciar tales maltratos durante los interrogatorios como una forma de insulto y humillación, subrayó.
La Autoridad de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros palestinos condenó esta semana las torturas israelíes contra los ciudadanos arrestados en la Franja de Gaza.
El asesor de medios de esa institución, Hassan Abd Rabbo, criticó a las autoridades del vecino país por impedir la publicación de cualquier información sobre las condiciones de los detenidos.
En declaraciones a la agencia de noticias Safa, Abd Rabbo explicó que las muertes de palestinos en esas cárceles y centros penitenciarios son conocidas a través de la prensa israelí.
“Nosotros, como organismo, la Cruz Roja y los abogados, no recibimos ninguna información”, alertó.
Como ejemplo citó el caso del doctor Iyad Al-Rantisi, jefe del departamento de maternidad del Hospital Kamal Adwan, quien presuntamente falleció en una prisión, según anunció hace dos días el diario Haaretz.
Hace unos días el presidente del Consejo Legislativo Palestino, Abdel Aziz Dweik, denunció las torturas a las que fue sometido en las cárceles israelíes y afirmó que no tienen precedente.
Luego de su liberación tras ocho meses encerrado, Dweik, de 75 años, afirmó que la prisión de Negev, ubicada en el sur de Israel, es la peor del mundo.
Días antes, el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos reveló testimonios de palestinos torturados en prisiones y centros de detención israelíes en los últimos meses.
Citado por la organización, Samir Abdullah Jamal Marjan, de 23 años, aseguró que sufrió palizas, descargas eléctricas, insultos y un intento de inyectarle sustancias desconocidas.
En la prisión de Ashkelon la situación era peor. Estuve en una celda de aislamiento y pasé 12 días sin comer, indicó.
Fattah Al-Aklouk, quien fue arrestado tres veces desde el 7 de octubre, denunció que un compatriota, llamado Muhammad Al-Kahlot, murió como consecuencia de las torturas.