Estados Unidos quiere un papel “prominente” en Gaza después de que termine la operación militar de Israel en el enclave palestino, informó Politico. Washington espera que una fuerza conjunta palestino-árabe de varios miles de soldados se haga cargo de la seguridad en Gaza después del actual conflicto.
El jueves, Politico informó detalles de las discusiones dentro de la administración del presidente estadounidense Joe Biden sobre cómo debería ser un acuerdo de posguerra, citando a cuatro funcionarios y un documento filtrado del Departamento de Estado.
Según se informa, Estados Unidos quiere contratar un “asesor civil” para cualquier futura fuerza de seguridad, probablemente con base en Egipto o Jordania. Sin embargo, las fuerzas estadounidenses “nunca entrarían en la propia Gaza” para evitar la impresión de que Washington estaba “dictando el futuro del territorio”.
Según el medio, un documento clasificado de marzo imaginaba a un estadounidense desempeñando el papel de “director general” de la futura misión de seguridad. Según esa propuesta, la fuerza estaría compuesta por aproximadamente 2.000 palestinos y 1.000 soldados de naciones de habla árabe. Estaría comandado por un oficial de Israel, la Autoridad Palestina o “idealmente” Egipto.
El cronograma para la implementación de los planes de Washington no está claro, según una evaluación de la inteligencia estadounidense descrita por Politico a principios de esta semana.
El documento decía que Israel había logrado reducir la fuerza de las fuerzas de Hamas hasta en un 35% desde el ataque del grupo contra Israel en octubre pasado. Sin embargo, ha reclutado miles de nuevos combatientes en los últimos meses, dijo a Politico una fuente de la comunidad de inteligencia.
Los esfuerzos del Pentágono, ampliamente difundidos, para entregar ayuda humanitaria a través de un muelle flotante se han visto socavados por problemas logísticos y de seguridad. No llegó ningún alimento a los palestinos hambrientos entre el viernes pasado y el martes de esta semana, dijo a los periodistas el portavoz Pat Ryder, culpando del retraso a las ONG locales encargadas de distribuir la ayuda.
Estados Unidos se ha negado a trabajar con la Agencia de la ONU para los Refugiados, un destacado proveedor de ayuda humanitaria en Gaza, después de que Israel acusó a algunos de sus empleados de estar involucrados en el ataque del 7 de octubre.
El mes pasado, la ONU dijo que había cerrado o suspendido sus investigaciones sobre las acusaciones porque Israel no había proporcionado ninguna evidencia que sustentara sus afirmaciones.