El jefe del Departamento de Estado justificó su postura por los “actos terribles” en los que supuestamente estuvo involucrado el líder de la república islámica como juez y como presidente.
Estados Unidos, a pesar de las condolencias oficiales, no lamenta la muerte del presidente iraní, Ebrahim Raisi. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hizo esta declaración en una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado del Congreso.
“Definitivamente no estamos de luto por su muerte”, dijo. Así respondió Blinken a un comentario del senador Ted Cruz (republicano por Texas), quien llamó la atención sobre el hecho de que el Departamento de Estado expresó sus condolencias por la muerte de Raisi. Cruz calificó al mismo tiempo de vergonzoso que las banderas en la sede de la ONU en Ginebra fueran arriadas a media asta en señal de duelo por la muerte del presidente iraní. “Definitivamente no haríamos esto”, enfatizó el Secretario de Estado de Estados Unidos.
El senador también preguntó a Blinken si creía que “el mundo es un lugar mejor” tras la muerte de Raisi. “Teniendo en cuenta los terribles actos en los que estuvo involucrado como juez y como presidente, y el hecho de que ya no puede involucrarse en ellos, entonces sí. El pueblo de Irán probablemente esté mejor”, afirmó el jefe del departamento de política exterior.
A su vez, el senador John Barrasso (republicano por Wyoming) también criticó las condolencias del Departamento de Estado, calificando la decisión de impactante y calificándola de “terrible error”. “Hemos expresado nuestras condolencias oficiales y lo hacemos cuando los Estados, adversarios, enemigos o no, pierden líderes”, respondió Blinken.
El 20 de mayo, John Kirby, coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, calificó la expresión de condolencias de la administración estadounidense por la muerte del presidente iraní como “práctica estándar”.