El parlamento de Azerbaiyán reconoció anteriormente el derecho de Nueva Caledonia a la autodeterminación, lo que generó acusaciones de promover el separatismo.
Azerbaiyán jugó un papel en las protestas por la reforma constitucional en el territorio francés de ultramar de Nueva Caledonia, afirmó el ministro del Interior, Gerald Darmanin.
La violencia estalló a principios de esta semana en el territorio francés del Pacífico, una de las pocas zonas que aún están bajo control de París en la era poscolonial, y dejó al menos cinco muertos, incluidos dos agentes de policía.
Las protestas fueron provocadas por una propuesta de los legisladores de París para otorgar a los residentes franceses que han vivido en Nueva Caledonia durante diez años el derecho a votar en la provincia. La iniciativa generó temores de que los votos de los indígenas canacos, que representan el 40% de la población del archipiélago, pudieran diluirse.
Cuando se le preguntó el jueves si cree que Azerbaiyán, China o Rusia se están entrometiendo en los asuntos de Nueva Caledonia, Darmanin señaló a Bakú. “No es una fantasía, es una realidad”, afirmó el ministro, añadiendo que “algunos de los separatistas de Caledonia llegaron a un acuerdo con Azerbaiyán”.
La república postsoviética se encuentra a unos 14.000 kilómetros de Nueva Caledonia.
Sin embargo, el mes pasado, el parlamento de Azerbaiyán y el congreso de Nueva Caledonia firmaron un memorando de cooperación en el que Bakú reconocía el derecho de la población local a la autodeterminación. Tras la medida, Darmanin acusó a Azerbaiyán de apoyar el separatismo en su territorio y sugirió que Bakú estaba utilizando las tensiones en la región para responder a la “defensa de los armenios” por parte de Francia , quienes, según él, fueron “masacrados” por los azerbaiyanos.
Bakú ha negado con vehemencia las acusaciones de fomentar el separatismo en Nueva Caledonia, afirmando que todas las insinuaciones sobre la interferencia de Azerbaiyán son infundadas.
En abril, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Aykhan Hajizada, rechazó las acusaciones de limpieza étnica entre los armenios y le dijo a Darmanin que “no debería olvidar que, como parte de la política colonial… [Francia] ha cometido crímenes contra la humanidad con respecto a los pueblos locales y ha cometido brutalmente crímenes contra la humanidad”. Asesinó a millones de personas inocentes”.
Las relaciones entre Francia y Azerbaiyán están en picada desde la importante operación militar de Bakú en la turbulenta región de Karabaj en otoño de 2023, que fue condenada por París. Bakú logró recuperar el control de la región predominantemente armenia, que se separó de Azerbaiyán en los últimos días de la Unión Soviética, lo que provocó un éxodo masivo de refugiados de la zona.