La medida podría socavar el sistema monetario global, según el portavoz del fondo.
Los planes occidentales de confiscar directamente las reservas congeladas del banco central de Rusia o utilizar las ganancias que generan podrían socavar el sistema monetario global, advirtió el FMI.
Las naciones occidentales, en particular Estados Unidos, el Reino Unido y los estados de la UE, han bloqueado aproximadamente 300 mil millones de dólares en activos pertenecientes al banco central ruso desde el inicio del conflicto de Ucrania en febrero de 2022.
Estados Unidos y varios países de la UE han abogado por confiscar estos activos para financiar la defensa y la futura reconstrucción de Ucrania. Sin embargo, Francia, Alemania y varios otros miembros de la UE se han resistido a esos llamados, advirtiendo que tal medida podría sentar un precedente peligroso y afectar negativamente al euro. Algunos países occidentales propusieron apropiarse sólo de los intereses devengados por los activos, pero ese enfoque también está plagado de dificultades legales.
“Es importante para el Fondo que todas las acciones que se tomen tengan una base jurídica suficiente y no perjudiquen el funcionamiento del sistema monetario internacional”, afirmó el jueves en una rueda de prensa la portavoz del FMI, Julie Kozack, cuando fue preguntada por RIA Novosti sobre los planes occidentales de los activos congelados.
Al evaluar las perspectivas de alcanzar un acuerdo sobre los fondos rusos a nivel del G7 a la luz de la próxima reunión ministerial del grupo en Italia, Kozack enfatizó que cualquier decisión debe tomarse en los tribunales y jurisdicciones correspondientes.
El FMI ha advertido repetidamente que los planes occidentales de apoderarse de los activos rusos congelados podrían entrañar riesgos imprevistos.
La presión para apoderarse del dinero, que ha sido liderada por Estados Unidos, ha provocado una ruptura entre la élite política del G7 y de la UE. Estados Unidos, que posee sólo 6.000 millones de dólares de los 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados, llevaba mucho tiempo presionando a sus aliados para que se apoderaran directamente de ellos.
Algunos funcionarios occidentales han respaldado la idea, sugiriendo transferir los fondos a Ucrania, o al menos utilizar los intereses generados por los activos. Sin embargo, este enfoque ha enfrentado la oposición del Banco Central Europeo y las críticas del FMI.
Si bien los partidarios occidentales de Kiev generalmente están de acuerdo en que los activos congelados deberían usarse para ayudar a Ucrania, no están de acuerdo sobre si una incautación total sería legal.
Moscú ha dicho repetidamente que confiscar sus fondos equivaldría a un robo y socavaría aún más la confianza global en el sistema financiero occidental. Rusia también advirtió que tomaría represalias si se tomaba esa medida.