La noticia llega pocos días después de que Biden anunciara una suspensión del suministro de bombas de 2.000 libras a Israel, citando preocupaciones sobre la posibilidad de que se produjeran bajas civiles masivas.
Los informes del martes indicaron que el presidente estadounidense Joe Biden se está preparando para enviar armas y municiones por valor de 1.250 millones de dólares a Israel a pesar de haber suspendido una transferencia de armas por separado hace apenas unos días.
La noticia surgió a última hora del día basándose en informes de tres asistentes del Congreso que hablaron bajo condición de anonimato.
Según se informa, el paquete incluirá 700 millones de dólares en municiones para tanques, 500 millones de dólares para vehículos tácticos y 60 millones de dólares para proyectiles de mortero. Actualmente no está confirmado cuándo se enviará exactamente el paquete de armas.
La noticia llega apenas una semana después de que la administración Biden anunciara una suspensión del suministro de bombas de 2.000 libras a Israel, citando preocupaciones sobre la posibilidad de que se produzcan bajas civiles masivas cuando Israel ataque Rafah. La populosa ciudad del sur de Gaza alberga actualmente a más de 1,5 millones de palestinos, muchos de ellos refugiados de otras partes del territorio.
Biden ha sugerido anteriormente que una incursión israelí en la ciudad constituiría una “línea roja”, antes de retractarse inmediatamente del comentario durante una entrevista muy criticada en el canal de noticias por cable MSNBC.
El presidente de Estados Unidos fue ridiculizado por legisladores conservadores y proisraelíes después de anunciar la suspensión del armamento pesado la semana pasada, mientras los portavoces de la Casa Blanca rápidamente aclararon que la administración continuaría brindando a Israel otras formas de ayuda letal.
El anuncio del nuevo paquete de armas puede verse como una respuesta a las críticas de las fuerzas proisraelíes mientras el octogenario líder estadounidense se prepara para buscar la reelección, con la esperanza de mantener al poderoso lobby sionista de su lado.
La administración Biden se contradijo anteriormente en marzo después de votar “presente” durante una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, permitiendo que se aprobara una resolución que pedía un alto el fuego en el ataque de siete meses de Israel contra Gaza. Los funcionarios de la Casa Blanca rápidamente insistieron en que la resolución era “no vinculante”, una caracterización criticada por los expertos en derecho internacional.