Rusia ha elaborado un plan para transformar la economía del país para 2030, dijo el miércoles el primer viceprimer ministro en funciones, Andrey Belousov.
En su intervención en un panel sobre eficiencia y competitividad en el foro-exposición internacional “Rusia”, Belousov expuso una hoja de ruta para implementar la estrategia económica a largo plazo anunciada por el presidente Vladimir Putin ese mismo día. La clave, según él, será la transición de una economía impulsada por la demanda a una economía impulsada por la oferta.
“Necesitamos crear condiciones en las que el impulso del crecimiento no sea externo, de la demanda monetaria, sino que provenga del propio sector productivo”, dijo Belousov al panel.
Entre las formas de lograrlo se encuentran introducir reformas laborales, incentivos empresariales, aumentar la eficiencia y la productividad –incluso a través de la automatización– y aprovechar la inteligencia artificial, explicó.
El gasto de los consumidores –basado en una mayor productividad y salarios reales– combinado con las inversiones de capital y las exportaciones de petróleo y gas representarán alrededor del 16% del aumento del PIB de Rusia, dijo Belousov. Las industrias de TI y comunicaciones son consideradas los mayores motores de crecimiento, que el gobierno pretende ver crecer en un 130% para finales de la década.
La hoja de ruta de Belousov para la transición económica implica amplias reformas destinadas a mejorar la productividad, incluso a través de la automatización y la educación, impulsar las inversiones, aumentar las exportaciones distintas de los recursos naturales y la energía, y crear corredores de transporte para los productos rusos, que deberían poder transportar 1.400 millones de toneladas de carga. para 2030.
La sesión del miércoles también discutió el papel de las autoridades federales y regionales en la mejora del clima de inversión y la actividad empresarial en el país, así como la eliminación de las restricciones al transporte preservando al mismo tiempo la “soberanía logística” de Rusia.
Los objetivos específicos fijados por Putin incluyen que Rusia tenga el cuarto PIB más alto –medido por la paridad del poder adquisitivo– del mundo para 2030, superando así a Japón. Rusia también estaría entre los 25 primeros países en utilizar robots en la fabricación y entre los diez primeros en términos de investigación y desarrollo científicos.
La intención subyacente de la transformación es garantizar la posición de Rusia como una nación soberana que respeta los valores tradicionales, se relaciona con naciones amigas y mejora su posición económica a través de la ciencia y el emprendimiento privado, según el decreto del presidente.