Los sindicatos argentinos lanzaron el jueves una enorme huelga general contra las dolorosas medidas de austeridad y las reformas planificadas por el nuevo presidente libertario Javier Milei, cuyo manejo de costos ha estabilizado los mercados locales pero golpeado a la economía real.
El país sudamericano vio paralizado durante 24 horas el transporte público, el importante sector de trituración de granos, supermercados, aeropuertos y bancos, mientras la mayoría de los principales sindicatos se sumaban a la acción de protesta contra el gobierno.
Milei, economista y ex experto en medios de comunicación, ganó una elección sorprendente el año pasado prometiendo arreglar con una “motosierra” una crisis económica que se agravó bajo gobiernos anteriores, provocando reservas agotadas e inflación de tres dígitos.
Muchos en Argentina todavía respaldan sus planes después de tantos años de agitación. Sin embargo, su postura pro mercado y su dura medicina de austeridad han perjudicado los salarios reales de la gente, han elevado los ya elevados niveles de pobreza y han provocado un estancamiento de la actividad económica a principios de año.
La huelga ha provocado la suspensión de vuelos, la paralización de puertos y escuelas y universidades con funciones mínimas. Los mercados tendrán una actividad reducida el jueves, ya que los bancos permanecerán cerrados porque sus empleados se declararán en huelga.
“Es una huelga que no tiene motivo ni justificación aparente”, afirmó el portavoz presidencial Manuel Adorni en una rueda de prensa un día antes de la acción, añadiendo que unos siete millones de personas se verán afectadas por la falta de transporte.
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