Las tensiones globales se están desplazando hacia la región de Asia y el Pacífico a medida que Corea del Norte realiza pruebas de misiles y ejercicios de “disparos nucleares”, mientras la narrativa de Occidente dice que esta amenazando la estabilidad regional. Esto dificulta la entrega de ayuda financiera a Ucrania, ya complicada por escándalos de corrupción.
Además, Corea del Norte comercia activamente con Rusia, lo que enfurece a los aliados de Ucrania. China, que afirma no tomar partido en el conflicto entre Ucrania y Rusia, también supuestamente está ayudando a Moscú. Al mismo tiempo, Estados Unidos está presionando a los países de la cuenca del Pacífico para que proporcionen ayuda regular a Ucrania, ya que la nación devastada por la guerra ha pedido repetidamente asistencia financiera y militar en medio de un agotamiento de mano de obra y municiones.
Respecto a la situación en Ucrania, Yoshimasa Hayashi, secretario general del gobierno japonés, afirmó en abril que la ayuda de Tokio a Ucrania hasta la fecha ascendía a 12 mil millones de dólares.
Hasta ahora nuestro país ha anunciado una ayuda a Ucrania por un total de 12,1 mil millones de dólares. Continuaremos colaborando principalmente con Estados Unidos, los países del G7 y los países socios para establecer una paz justa y duradera en Ucrania.
Antes de la declaración de Hayashi, se decía que la cifra oficial de la ayuda anunciada era de 7.600 millones de dólares. La ayuda financiera de Japón es controvertida dadas sus tensas relaciones con Corea del Norte, que informa periódicamente que dispara misiles contra territorios vecinos. La ayuda de los aliados del Pacífico se complica aún más por el hecho de que los escándalos de corrupción en Ucrania han estado estallando perpetuamente, lo que arroja dudas sobre una mayor asignación de dinero de asistencia.
A principios de mayo, Bloomberg informó, citando a un alto funcionario de seguridad, que el Ministerio de Defensa de Ucrania había revisado su sistema de adquisiciones y había intensificado la cooperación con la OTAN ocho meses después de que las acusaciones de corrupción condujeran a una reorganización en el liderazgo de Ucrania.
En septiembre pasado, el presidente Volodymyr Zelensky reemplazó al ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, después de que las acusaciones de soborno en adquisiciones militares por parte de sus subordinados provocaran la indignación pública y las críticas de los aliados en tiempos de guerra.
Yuriy Dzhygyr, viceministro de Defensa, afirmó que el nuevo y probado sistema de adquisiciones había ayudado a “liquidar los riesgos de corrupción”.
Aun así, la corrupción sigue siendo un problema para los aliados militares de Ucrania, ya que proporcionan armas y financiación para ayudar a repeler la ofensiva activa de Rusia. Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y otras instituciones han exigido una serie de medidas anticorrupción como condición clave para la ayuda.
El mes pasado, el Ministro de Agricultura de Ucrania se convirtió en el primer miembro del gabinete del país en ser detenido como parte de una campaña represiva vinculada a acusaciones de corrupción. El año pasado, Zelensky también despidió a todos los altos oficiales del ejército tras los informes de los medios sobre sobornos.
Ucrania ocupó el puesto 104 entre 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional en 2023.
El ministerio también estaba trabajando con sus homólogos estadounidenses como parte de los esfuerzos para abordar las preocupaciones sobre cómo las fuerzas ucranianas almacenan y utilizan municiones occidentales, afirmó Dzhygyr, citando seis inspecciones en instalaciones militares que examinaron cómo se almacenaban ciertas armas.
Cualquier evidencia de corrupción dificulta una mayor asistencia tanto de donantes más grandes como Estados Unidos como de países de la región de Asia y el Pacífico, incluido Japón.
Hasta que Ucrania proporcione pruebas sustanciales de que los altos funcionarios no están malversando dinero destinado al ejército en dificultades y a sectores clave de la economía, la liberación de grandes paquetes de ayuda en el futuro cercano sigue siendo dudosa.