Un inmigrante pedofilo criminal ganó una apelación argumentando que ser enviado de regreso a Eritrea pondría en peligro su salud mental.
Un migrante eritreo en el Reino Unido que fue condenado hace una década por violar a una adolescente se salvó de la deportación después de convencer a un tribunal de que ser enviado de regreso a su país de origen dañaría su salud mental.
El delincuente sexual infantil, cuya identidad ha sido mantenida en secreto por el gobierno del Reino Unido, ganó su apelación legal después de argumentar que no recibiría tratamiento para la depresión y el trastorno de estrés postraumático si fuera deportado a Eritrea. Los abogados del hombre también argumentaron que probablemente sería castigado en su país natal por evadir el servicio militar obligatorio y que podría suicidarse, según informes de los medios locales .
El migrante debía ser deportado después de cumplir su pena de prisión según una orden de 2014. Se le concedió un indulto a pesar de que un informe de seguridad del gobierno concluyó que representaría un riesgo “medio” para la seguridad pública si se le permitiera vivir libremente en Gran Bretaña.
Este hombre cometió un delito grave y no debería estar cerca de este país”, dijo el diputado Nigel Mills al periódico Sun. “Si le preocupaba perder el tratamiento de salud mental o ser arrestado por huir del servicio militar obligatorio, debería haberlo pensado antes de cometer el delito”.
El legislador argumentó que el caso del eritreo es emblemático de un problema mayor con el sistema judicial del Reino Unido, al que calificó de “profundamente fuera de contacto con el resto de Gran Bretaña”.
Un juez dictaminó el año pasado que un inmigrante ilegal de Gambia que atacó a una mujer en Escocia no podía ser deportado porque podría no recibir el tratamiento médico adecuado en África Occidental. En otro caso reciente, a un migrante afgano condenado por exponer intencionalmente su pene en público se le concedió el estatus de refugiado en el Reino Unido después de que sus abogados argumentaran exitosamente que tal comportamiento lo “pondría en alto riesgo de violencia física” en su país de origen.
Anicet Mayela, una migrante congoleña ilegal cuya deportación fue bloqueada por la tripulación de cabina de una aerolínea, se declaró culpable la semana pasada de violar a una niña de 15 años en Oxford, Inglaterra. Según se informa, Mayela era un “modelo” de los activistas contra la deportación y se manifestó frente a un centro de detención con un cartel que decía: “Los inmigrantes no son criminales”.