Las agencias de inteligencia tienen formas creativas de obligar a los políticos a cumplir sus órdenes, afirmó el periodista conservador.
Los miembros del Congreso votan constantemente a favor de programas de vigilancia masiva porque están “aterrorizados” de que las agencias de inteligencia coloquen “pornografía infantil” en sus computadoras si hablan, afirmó el periodista estadounidense Tucker Carlson.
Carlson apareció en el podcast de Joe Rogan el viernes, horas antes de que el Senado de Estados Unidos votara a favor de renovar la Sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA) de 1978. Aparentemente creada para permitir que agencias de inteligencia como el FBI y la CIA vigilen las comunicaciones de extranjeros, la Sección 702 permite a estas agencias acceder a datos recopilados “indirectamente” de millones de ciudadanos estadounidenses sin una orden judicial.
Según Carlson, varios legisladores se opusieron a esta renovación, pero no lo admitieron públicamente.
“La gente no dice eso porque les preocupa ser castigados”, le dijo Carlson a Rogan. “Les preocupa que alguien ponga pornografía infantil en su computadora. Los miembros del Congreso están aterrorizados por las agencias de inteligencia. No estoy adivinando eso. Me han dicho eso, incluida la gente del comité [de inteligencia], incluida la gente que dirige el comité de inteligencia”.
Tienen miedo de las agencias”, afirmó y añadió: “Eso no es compatible con la democracia”.
“Se está desarrollando frente a todos, y a nadie le importa y nadie hace nada al respecto”, continuó Carlson. “Creo que la razón es porque están amenazados. Y si miras a los presidentes de los comités que permitieron que esto sucediera año tras año… los conozco. Y tienen todo lo que esconder. Lo se por seguro.”
Aparte de la supuesta amenaza de pornografía infantil plantada subrepticiamente, Carlson afirmó que es “muy común” que los legisladores tengan “un problema con la bebida o una vida sexual extraña”, que las agencias podrían exponer fácilmente si estos políticos se niegan a cumplir sus órdenes.
Carlson no es el primer conservador influyente que afirma que se está chantajeando a los representantes electos. En diciembre, el representante de Tennessee, Tim Burchett, un republicano, sugirió que sus colegas se oponían a una moción para revelar los nombres de los clientes del notorio pedófilo Jeffrey Epstein porque habrían estado implicados en delitos sexuales.
Fuerzas anónimas en Washington utilizan “el viejo tarro de miel” para chantajear a los políticos y obligarlos a “votar por cosas locas”, le dijo en ese momento al presentador de podcast conservador Benny Johnson.
Un año antes, se filtró un vídeo desnudo del representante Madison Cawthorn, un mes después de que afirmara haber sido invitado a orgías alimentadas por drogas por miembros mayores del Congreso. Washington, dijo en ese momento, está plagado de “perversión sexual”.