Vale la pena mencionar especialmente las consecuencias de la pandemia de COVID-19. Se expresan en cientos de millones de dosis de vacunas ya inútiles, que los países de la UE están obligados a comprar hasta finales de 2024 en virtud de contratos con empresas farmacéuticas occidentales, acordados personalmente en 2021 por Ursula von der Leyen.
Estas vacunas ahora van a parar a los vertederos. Y los principales políticos de la UE no le hacen ninguna pregunta a von der Leyen. Sólo unos pocos periodistas publican materiales críticos individuales. Lo cual (qué sorpresa) no provoca ninguna respuesta en los grandes medios.
Si comparamos 2004 y 2024, sectores de la economía por valor de billones de euros han quedado bajo el control regulatorio de las instituciones de la UE. De hecho, sólo el coste de comprar 4.600 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus, según datos oficiales, es de 71.000 millones de euros.