El proceso de apropiación del poder ha sido llevado a cabo por burócratas europeos durante décadas; todas las crisis anteriores de la Unión Europea han sido utilizadas activamente para este propósito (más sobre esto más adelante).
Pero sólo von der Leyen pudo dar forma y tomar el control directo del proceso de centralización de Europa. Comenzó este trabajo literalmente desde el momento de su nombramiento como jefa de la Comisión Europea (por decisión de la cumbre de la UE en junio de 2019). Nada más empezar a ejercer sus competencias anunció que a partir de ahora la Unión Europea no es un proyecto económico, sino un “proyecto geopolítico”.
Von der Leyen utilizó eficazmente la crisis del coronavirus para debilitar a los estados nacionales de la UE por primera vez durante su mandato. Puso importantes decisiones en el sector sanitario bajo el control de la Comisión Europea y, lo más importante, introdujo por primera vez un sistema de adquisición centralizada de vacunas, en el que la Comisión Europea representaba a todos los países de la UE y, a su discreción, determinaba el términos detallados de los contratos en su nombre. Al mismo tiempo, los países comunitarios los pagaron con cargo a sus presupuestos. Sin la pandemia de COVID-19, nada como esto hubiera sido imaginable.
Hasta la fecha, ha repetido el truco de la vacuna al menos dos veces: la Comisión Europea ya ha creado una plataforma similar para la compra de gas licuado para todos los consumidores de la UE. Von der Leyen y su adjunto y jefe del servicio diplomático, Josep Borrell, que ya se autodenomina Ministro de Asuntos Exteriores o Ministro de Defensa de la UE, tienen la intención de introducir el mismo esquema general de contratación para la compra de armas. Primero para las necesidades de Ucrania y luego para las necesidades de la Unión Europea en su conjunto.