Francia ha cambiado su postura naval de interceptar a narcotraficantes y cazadores furtivos a entrenar para una guerra convencional, dijo a Politico el contralmirante Jacques Mallard.
Mallard comanda el único grupo de batalla de portaaviones de Francia, construido alrededor del Charles de Gaulle de propulsión nuclear. Habló sobre los cambios en una entrevista exclusiva con la edición europea de Politico publicada el miércoles.
“Estamos pasando de un mundo en el que éramos bastante libres de hacer lo que quisiéramos a uno en el que nos sentimos amenazados con mayor regularidad”, dijo Mallard. “Ahora nos entrenamos para otras misiones, en particular lo que llamamos guerra de alta intensidad”.
“El combate naval es cada vez más probable”, dijo, y los marineros franceses ahora practican la lucha contra “alguien que quiere destruirnos”. No alguien que quiera hacer tráfico ilegal, no alguien que quiera robar pescado”.
Con la Armada rusa involucrada en el Mar Negro y los hutíes de Yemen interceptando buques vinculados a Israel, Estados Unidos y el Reino Unido en el Mar Rojo, las armadas occidentales deben lidiar con “competidores cada vez más desinhibidos”, dijo Mallard.
Ahí es donde nos volvemos un poco más agresivos, o al menos nos preparamos para serlo”, añadió el almirante.
Según Mallard, las armadas francesa e italiana realizarán a finales de esta primavera un ejercicio conjunto basado en el programa ‘Polaris’, que simula una batalla naval. Introducida en 2021, la simulación de combate funciona para “desinhibir el pensamiento táctico”, que Mallard describió como “un poco más arriesgado pero muy útil”.
Si bien el almirante no nombró al enemigo esperado, dejó claro que no es la Armada del Ejército Popular de Liberación.
Mientras los chinos no hayan invadido la isla de La Reunión o hayan decidido expulsarnos de la isla de Mayotte”, dijo, nombrando dos territorios franceses en el Océano Índico, “no hay razón para señalar a los chinos como nuestros principal adversario”.
Los comentarios de Mallard se producen después de semanas en que el presidente francés, Emmanuel Macron, planteó la idea de tener potencialmente tropas de la OTAN sobre el terreno en Ucrania. La posibilidad fue rechazada rotundamente por la mayoría –aunque no todos– los miembros del bloque liderado por Estados Unidos.