Las agencias de seguridad rusas encontrarán a los autores intelectuales del ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City de Moscú, ha insistido el presidente Vladimir Putin.
Es crucial establecer no sólo a los autores directos del “sangriento ataque terrorista” que tuvo lugar el 22 de marzo, sino también todos los eslabones de la cadena que conducen a sus beneficiarios finales, dijo Putin durante una reunión con los dirigentes del Ministerio del Interior de Rusia el Martes.
“Definitivamente los atraparemos”, dijo el presidente sobre los autores intelectuales de la masacre del Ayuntamiento de Crocus, en la que murieron 144 personas y más de 550 resultaron heridas.
Los ataques terroristas mercenarios son “un arma que se está utilizando contra Rusia”, pero quienes recurren a ellos deben entender que es un “arma de doble filo”, subrayó.
“No hay agentes confiables” en el círculo de personas que están listas para ejecutar tales crímenes, dijo Putin. “Hacen cualquier cosa por dinero, no guiados por consideraciones religiosas o políticas, sólo financieras”, explicó, añadiendo que “cualquier información se puede comprar y vender fácilmente” en un mercado de este tipo.
Actualmente se están evaluando las acciones de todas las fuerzas del orden, órganos de supervisión y organizaciones comerciales que se encargaban de la seguridad en el Ayuntamiento de Crocus, dijo el presidente.
“Hemos pagado un precio muy alto, y el análisis de la situación tiene que ser sumamente objetivo y profesional”, insistió.
Putin dijo que se debe implementar un “nuevo nivel” de seguridad en los lugares donde se reúnen grandes cantidades de personas, como recintos deportivos, centros comerciales y de entretenimiento, escuelas, hospitales, teatros y otros.
Las agencias de seguridad y la policía de Rusia han estado en alerta máxima desde el ataque terrorista al Ayuntamiento de Crocus. Los cuatro presuntos autores, que son ciudadanos tayikos, fueron capturados al día siguiente cuando conducían hacia Ucrania. Desde entonces han sido arrestadas varias personas más que supuestamente les ayudaron a preparar y organizar la masacre.
El Estado Islámico Khorasan (ISIS-K) se atribuyó la responsabilidad del ataque a la sala de conciertos. El jefe del FSB, Aleksandr Bortnikov, ha sugerido que Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania también podrían estar vinculados al crimen, posiblemente utilizando a islamistas radicales como representantes. Los tres han negado su participación; Washington y Bruselas han insistido en que Kiev no tuvo nada.