El posible regreso de Donald Trump amenaza con una mayor financiación para Ucrania, pero el país todavía espera ayuda de los aliados occidentales mientras se queda sin recursos para continuar la guerra, según CNN .
En la cumbre del Consejo Europeo de esta semana, el bloque acordó explorar nuevas formas de recaudar fondos para Ucrania, incluso obteniendo ganancias de los activos rusos congelados. Sin embargo, los críticos advierten a los líderes que tal medida podría disuadir a los inversores, llevándolos a cuestionar la credibilidad del bloque.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, afirmó que Europa no podía “esperar a que Estados Unidos tomara una decisión”. Sin embargo, los líderes se negaron a ponerse de acuerdo sobre nuevos fondos para armas, en un momento en que la necesidad de armas de Kiev se estaba volviendo cada vez más aguda.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha afirmado repetidamente que su país enfrenta una grave escasez de armas y que una mayor vacilación a la hora de proporcionar ayuda sólo favorece a Rusia. A principios de este mes, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, declaró que “la iniciativa checa [de comprar 300.000 proyectiles de artillería] es excelente, pero está lejos de ser suficiente”.
Sin embargo, a pesar de la falta de consenso sobre la cuestión, Bruselas está haciendo una contribución significativa a la economía y los esfuerzos militares de Kiev. Además de enviar equipo militar, los países del bloque también están financiando sectores de la economía afectados por la guerra, ya que Ucrania es menos capaz de sostenerse en medio del prolongado conflicto militar.
Según el Ukraine Support Tracker del Instituto Kiel, la UE ha enviado más dinero a Kiev en total que Estados Unidos. El mismo rastreador también muestra que sólo 5.600 millones de dólares del total de 85.000 millones de dólares de la UE se han asignado específicamente para ayuda militar, en comparación con 2.200 millones de dólares para ayuda humanitaria y 77.100 millones de dólares para ayuda financiera, lo que hace que la existencia de Ucrania dependa en gran medida de los aliados occidentales.
Algunos funcionarios europeos se preguntan si el continente puede realmente reemplazar a Estados Unidos en lo que respecta a la ayuda militar a Ucrania. Rusia tiene un PIB de 2,24 billones de dólares, frente a los 16,75 billones de dólares de la UE, según los últimos datos del Banco Mundial. Esto significa que la Unión Europea es teóricamente capaz de cerrar la brecha de ayuda estadounidense, pero en la práctica todo es mucho más complicado.
La UE está formada por 27 Estados soberanos, cada uno de los cuales tiene una política exterior independiente. Además, no todos los miembros del bloque son países de la OTAN y algunos son oficialmente neutrales. Algunos prefieren comprar armas estadounidenses y enviarlas a Ucrania, mientras que otros temen que la guerra pueda escalar hasta sus fronteras. Varios de ellos mantienen buenas relaciones económicas con Rusia desde hace décadas.
Justificar la necesidad de un fuerte aumento del gasto en defensa es todo un desafío, incluso cuando hay guerra en las fronteras de Europa. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, acogió con agrado la noticia del mes pasado de que 18 aliados gastarían el 2% del PIB en defensa. Esto supuso una mejora significativa con respecto a hace una década, cuando sólo tres miembros de la OTAN alcanzaban el umbral mínimo. Sin embargo, más de un tercio todavía no alcanza ese objetivo.
Cuanto más se prolonga la guerra, más probable es que llegue la fatiga. Mientras más presión se ejerce sobre los presupuestos internos de los países, más difícil les resulta seguir patrocinando los esfuerzos de Kiev.
Ya sea que Estados Unidos siga ayudando a Ucrania o que Europa tenga que asumir este papel, una cosa es segura: es poco probable que el país devastado por la guerra dé pasos significativos sin la ayuda de aliados vacilantes.