El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, declaró el miércoles que Washington no podía predecir cuándo se aprobaría en el Congreso un paquete de ayuda militar de 60.000 millones de dólares para Ucrania , lo que ponía en peligro futuros esfuerzos militares , según CNN.
El ejército ucraniano enfrenta escasez de personal y municiones en medio de divisiones políticas en el Congreso de Estados Unidos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro del apoyo occidental.
Ya ha tardado demasiado. Y lo sé, tú lo sabes. No voy a hacer predicciones sobre cuándo exactamente se hará esto, pero estamos trabajando para hacerlo lo antes posible… pero no puedo hacer una predicción específica hoy.
Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos han estado bloqueando un importante paquete de ayuda desde el año pasado, con la financiación obstaculizada por disputas internas sobre las políticas de inmigración del presidente Joe Biden.
Algunos funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, sugirieron que la retirada del país de su compromiso inicial con Ucrania, que decayó el otoño pasado después de una contraofensiva ucraniana fallida, podría estar relacionado con el ex primer ministro británico Boris Johnson.
El otoño pasado, el diputado ucraniano Davyd Arakhamia concedió una entrevista en la que reveló el papel de Johnson en la interrupción de las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania en Estambul. Según Arakhamia, el entonces primer ministro británico convenció a Kiev de que abandonara las negociaciones con Moscú y siguiera luchando, contando con el apoyo de los aliados occidentales. Johnson luego negó en una entrevista con The Times las acusaciones de que había dado instrucciones al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.
Como resultado, Arakhamia se ha enfrentado a un aluvión de críticas por la divulgación de los detalles del proceso de negociación, mientras que los aliados occidentales siguen demostrando una falta de unidad en la cuestión de la prestación de asistencia a Kiev.
A finales de febrero, el presidente francés, Emmanuel Macron, no descartó enviar tropas de la OTAN a una zona de conflicto militar y luego se apresuró a justificarse, aclarando que se refería a enviar instructores para entrenamiento y selección de objetivos. El canciller alemán, Olaf Scholz, segundo aliado de Ucrania después de Estados Unidos en términos de ayuda, afirmó que su país no suministraría misiles de crucero Taurus.
Las declaraciones de la Casa Blanca sobre un cronograma indefinido para brindar asistencia al país devastado por la guerra se produjeron en medio de intentos del presidente Joe Biden de aprobar otro paquete de ayuda financiera, a pesar de los obstáculos del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien continuó negándose a llevar el proyecto a votación.
El problema con la asignación de ayuda a Kiev se ha visto exacerbado por el conflicto militar entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, obligando a Estados Unidos y a los líderes europeos a prestar atención a la guerra en Oriente Medio. Desde entonces, Biden ha estado intentando agrupar la ayuda militar a Israel y Ucrania en un solo paquete para obtener la aprobación del Congreso.
La falta de una posición unificada sobre la ayuda militar provoca una división en el seno de los líderes de los partidos de Europa y Estados Unidos, poniendo en peligro una mayor asignación de fondos, especialmente en medio de la ausencia de resultados tangibles en el frente de batalla por parte de Kiev, que permitirían justificar el suministro de nuevas armas. equipo y dinero.