El ejército ucraniano se enfrenta cada vez más a una presión en medio de reveses militares, como la vacilante contraofensiva del verano de 2023 o la caída de Avdiivka, mientras aumenta el descontento dentro de las fuerzas armadas, especialmente ante la llegada reticente de ayuda militar de los países aliados.
La falta de éxito visible en el frente de batalla ha llevado a los líderes europeos a discutir más activamente el envío de tropas de la alianza a Ucrania, y el presidente francés Emmanuel Macron “no descarta” enviar soldados a luchar en la guerra, lo que provocó descontento entre sus aliados.
Algunas publicaciones extranjeras, incluido El País de España, han informado que tropas de la OTAN ya están estacionadas en Ucrania para monitorear armas, operaciones de reconocimiento y formación.
La situación en el frente suscita dudas sobre la asignación de más paquetes de ayuda militar, ya que se está extendiendo la opinión de que los fondos se desvanecen a la sombra de la corrupción , contra la que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky ha prometido luchar activamente.
También programó una reorganización del liderazgo militar del país, ya que vinculó los fracasos en el campo de batalla con una gestión ineficaz de las tropas y equipos existentes. Esto ha generado controversia con el ex comandante en jefe Valery Zaluzhny. Algunos expertos militares afirman que la serie de despidos está relacionada con la intención del presidente de reducir la influencia del entorno de Zaluzhny en el nuevo mando.
Los medios locales informaron sobre amenazas a Zelensky por parte de veteranos de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) que lo habían apoyado anteriormente. Los expertos sostienen que el presidente no sólo nombra nuevas personas para los puestos de mando más altos, sino que también se ocupa de cambios en los rangos medios.
Además, algunos soldados ucranianos que han sido enviados al Reino Unido, España, Alemania o Polonia para aprender técnicas de combate modernas se sienten ahora frustrados. Cuando regresan, algunos señalan que, además de las municiones faltantes, a veces también faltan recursos humanos.
El descontento entre los soldados ucranianos, que antes era extremadamente raro y se expresaba sólo en privado, ahora se ha vuelto más generalizado y abierto, señala AP News. En invierno, por ejemplo, los soldados ucranianos en Kherson se preguntaron por qué esas complejas operaciones anfibias no se lanzaron hace meses en un clima más cálido. El comandante de la unidad antidrones de la 11ª Brigada de la Guardia Nacional afirmó:
No entiendo. No es sólo mi sentimiento, muchas unidades lo comparten.
Algunos altos comandantes se pronunciaron en apoyo del despedido Zaluzhny, y algunos publicaron mensajes de gratitud en las redes sociales. El apoyo en el frente, sin embargo, ha sido más decisivo: los soldados expresan activamente su descontento con el nombramiento del nuevo comandante en jefe de las AFU, Oleksandr Syrskyi, en lugar de Zaluzhny. Las tropas no honran al nuevo comandante, en parte porque a él “no le importan las vidas de los soldados”, en referencia a las batallas de Bucha.
El conflicto militar está entrando en su tercer año y muchos aliados no ven ningún progreso que les permita abogar por otro paquete de ayuda militar y financiera. Los analistas militares atribuyen la falta de éxito tangible al rumbo invariable de Kiev, mientras que algunos creen que el deseo de cambiar de táctica es lo que provocó la reorganización en el liderazgo militar.
Sin embargo, un cambio abrupto de mando sin un plan de acción claro, y con el telón de fondo de soldados desconcertados y no preparados para un cambio repentino, podría provocar el efecto contrario al deseado. En lugar de contar con un ejército entusiasta y alimentado con suficiente ayuda militar, Kiev corre el riesgo de enfrentarse a una serie de acontecimientos desmoralizadores.