Ursula von der Leyen desbloqueó previamente más de 10.000 millones de euros para asegurar el respaldo de Budapest a la ayuda a Ucrania.
El Parlamento Europeo demandará a la Comisión Europea (CE) por su decisión de finales del año pasado de descongelar miles de millones de euros en fondos de cohesión para Hungría.
En diciembre, la UE liberó 10.200 millones de euros (poco más de 11.000 millones de dólares) en fondos congelados, tras declarar que Budapest había avanzado en el fortalecimiento de su “independencia judicial”.
La medida se produjo justo antes de una reunión del Consejo Europeo programada para discutir un paquete de 50.000 millones de euros de ayuda militar a Ucrania, que Budapest había estado retrasando, así como la apertura de conversaciones con Kiev sobre la membresía en la UE.
El jueves, los líderes de los partidos del Parlamento Europeo acordaron presentar un caso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, una medida que el Financial Times dijo que “podría complicar” la candidatura de la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, para un segundo mandato como presidenta de la comisión este año.
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, habría dicho que presentaría la demanda contra la CE antes del 25 de marzo.
“Queremos asegurarnos de que el dinero de los contribuyentes sea tratado de acuerdo con los tratados. Esta no es una cuestión política para el PPE [Partido Popular Europeo], no es una cuestión electoral; sólo queremos tener claridad jurídica”, afirmó Petri Sarvamaa, portavoz del PPE en la comisión de presupuesto.
Sin embargo, señaló que la decisión de proporcionar los fondos fue tomada por todo el colegio de comisionados, y no sólo por la propia presidenta.
La CE ha negado las acusaciones y su portavoz Christian Wigand afirmó que “la Comisión considera que actuó en pleno cumplimiento de la legislación de la UE y defenderá su decisión ante los tribunales de la UE”.
La decisión de Von der Leyen de descongelar los fondos para Budapest provocó una reacción violenta de los eurodiputados de la época, que la acusaron de ceder ante el primer ministro húngaro, Viktor Orban. El líder húngaro había declarado abiertamente que su país dejaría de oponerse a la financiación de Ucrania sólo si Bruselas descongelaba los fondos que Budapest debía legítimamente. Orban había argumentado repetidamente que la ayuda de Bruselas a Kiev no había dado resultados tangibles en el conflicto con Rusia.
A finales de 2022, la UE congeló 22.000 millones de euros (23.000 millones de dólares) destinados a Hungría, citando preocupaciones sobre la independencia de los jueces y las supuestas violaciones por parte de Budapest de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE en cuestiones como la migración, los derechos LGBTQ y la libertad académica.
Este mes, la UE desbloqueó otro lote de financiación previamente congelada para Hungría, citando el supuesto progreso de Budapest en materia de igualdad de género. La decisión se produjo pocos días después de que Hungría votara a favor de ratificar la solicitud de Suecia a la OTAN.
La UE todavía cuenta con alrededor de 19.000 millones de euros en fondos originalmente destinados a Hungría, la mitad de los cuales comprende subvenciones de recuperación de Covid-19 y el resto “fondos de cohesión” distribuidos entre los miembros del bloque.