Este acontecimiento supone un riesgo para la posibilidad de un Estado palestino, advirtió el comisionado de derechos humanos.
Los nuevos asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada han experimentado un crecimiento récord, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, quien subrayó que corren el riesgo de eliminar cualquier posibilidad práctica de un Estado palestino.
Al comentar el viernes un informe sobre el tema que será presentado al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra a finales de marzo, el alto funcionario de la ONU dijo que el establecimiento y la continua expansión de asentamientos equivalen a la transferencia por parte de Israel de su propia población civil al territorio territorios que ocupa, lo que, reiteró, es un crimen de guerra según el derecho internacional.
“Cisjordania ya está en crisis. Sin embargo, la violencia de los colonos y las violaciones relacionadas con los asentamientos han alcanzado nuevos niveles impactantes y corren el riesgo de eliminar cualquier posibilidad práctica de establecer un Estado palestino viable”, dijo Turk.
En respuesta a la declaración, la misión diplomática de Israel en Ginebra dijo el viernes que el informe debería haber incluido las muertes de 36 israelíes registradas en 2023, acusando a la Oficina del Alto Comisionado de ignorar las pérdidas que sufre el país.
El informe de 16 páginas, que se basa en la propia supervisión de la ONU junto con otras fuentes, registra 24.300 nuevas unidades de vivienda israelíes en la Cisjordania ocupada durante un período de un año hasta finales de octubre de 2023. Se dice que la cifra marca la más alta en récord desde que comenzó el monitoreo en 2017.
Según el documento, ha habido un aumento drástico en la intensidad, gravedad y regularidad de la violencia estatal y de los colonos israelíes contra los palestinos en la Cisjordania ocupada, particularmente desde el 7 de octubre del año pasado, cuando el grupo militante Hamas atacó el sur de Israel, matando alrededor de 1.200 personas y tomando más de 200 rehenes. Israel respondió declarando la guerra a Hamás y lanzando una operación militar en Gaza.
En febrero, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que Washington estaba decepcionado con el plan de Israel de construir más de 3.300 nuevos asentamientos en la ocupada Cisjordania, y añadió que el desarrollo potencial sería “inconsistente” con el derecho internacional. Los comentarios efectivamente revirtieron una política seguida por la administración del expresidente Donald Trump.