Berlín debe estar preparada para “grandes desastres”, afirmó Karl Lauterbach.
Alemania debe mejorar su sistema sanitario para poder responder rápidamente a situaciones de crisis, como una nueva pandemia o un conflicto militar, afirmó el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach.
La legislación para las reformas que se presentará este verano será “un punto de inflexión para el sistema sanitario”, dijo el político del Partido Socialdemócrata (SPD) al periódico Neue Osnabrucker Zeitung en una entrevista publicada el sábado.
Aunque la “coalición de semáforos” gobernante ya ha impulsado reformas tras la pandemia de Covid-19, el ministro de Salud dijo que con el conflicto de Ucrania, los desafíos se han vuelto aún más importantes.
“En caso de crisis, cada médico, cada hospital, cada autoridad sanitaria debe saber qué hacer. Necesitamos responsabilidades claras, por ejemplo para la distribución de un gran número de heridos entre las clínicas en Alemania”, explicó Lauterbach.
El ministro dijo que los hospitales también deben realizar simulacros para practicar su respuesta a los desastres, desestimando las acusaciones de alarmismo argumentando que “no hacer nada no es una opción”.
“Sería una tontería decir que no nos estamos preparando para un conflicto militar y luego éste no se producirá. Según esta lógica, no habría necesidad de una Bundeswehr”, afirmó.
El Ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó en noviembre pasado que el país debe volverse “capaz de hacer la guerra” e insistió nuevamente en enero en que Berlín y toda la OTAN deberían armarse más activamente para poder “librar una guerra que se nos impone”.
El mes pasado, el general de la Bundeswehr, Carsten Breuer, pidió un “cambio de mentalidad” en la sociedad alemana, insistiendo en que la nación necesita construir una “disuasión” creíble para prepararse para una posible guerra con Rusia dentro de cinco años.
Al comentar sobre las afirmaciones de que Rusia podría estar planeando un ataque contra Alemania o cualquier otro Estado de la OTAN, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo en enero que los funcionarios de la UE estaban “inventando un enemigo externo” para desviar la atención de los problemas internos. El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, afirmó que “nadie quiere una gran guerra”, especialmente Moscú.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha desestimado las afirmaciones como “un completo disparate”, insistiendo en que Moscú no tiene “ningún interés geopolítico, económico… o militar” en iniciar un conflicto con la OTAN.