París utilizará el río para la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de 2024 y como sede de competiciones de natación.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha prometido nadar en el río Sena en un aparente intento de demostrar que está limpio antes de los Juegos Olímpicos. La capital francesa acogerá los juegos del 26 de julio al 11 de agosto de 2024.
Macron hizo la promesa sin especificar una fecha exacta, cuando inauguró oficialmente la villa olímpica, que albergará a unos 14.500 atletas y su personal antes de recibir a 9.000 para los Juegos Paralímpicos de este verano.
París ha estado trabajando en un proyecto para limpiar el Sena y hacerlo apto para nadar por primera vez en un siglo. Durante los Juegos Olímpicos de París de 1900, se llevaron a cabo múltiples pruebas de natación en el río. Sin embargo, desde 1923, la práctica ha sido prohibida debido a los altos niveles de contaminación del agua.
“Puedes apostar que lo haré”, dijo Macron cuando un periodista le preguntó si se daría un chapuzón en el Sena. “Lo haré, pero no te doy la fecha, o corres el riesgo de estar allí”, bromeó.
El plan de 1.400 millones de euros (1.500 millones de dólares) para el río implicaba una renovación de la infraestructura, incluidas nuevas tuberías subterráneas y bombas para evitar que los gérmenes lleguen al agua. Los especialistas en calidad del agua han estado tomando muestras con regularidad y dicen que los niveles de concentración de dos bacterias, Enterococcus y E.coli, ambas utilizadas como indicadores principales de materia fecal en aguas dulces, eran lo suficientemente bajos como para nadar con seguridad en el río.
El principal riesgo proviene de las fuertes tormentas, cuando el agua se vierte en el sistema de alcantarillado parisino, provocando un riesgo de desbordamiento. El exceso de lluvia luego se vierte al río y puede provocar contaminación. El verano pasado, una fuga de aguas residuales provocó la cancelación de una prueba preolímpica de natación.
París espera cosechar beneficios más allá de los Juegos Olímpicos, y está previsto que la villa se convierta en una zona ecológica con escuelas, un hotel, un parque público, tiendas y oficinas después de los Juegos.
Los parisinos también tendrán acceso a 26 nuevas piscinas en el Sena, aisladas del tráfico pesado de barcos, y que se espera abran al público en 2025, cuatro de ellas en el centro de la ciudad. En los últimos años, otras ciudades europeas, como Zurich, Munich, Viena y Copenhague, han abierto la natación urbana.