Las principales economías del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron el sábado a seguir brindando ayuda financiera a Kiev mientras mantienen la presión de las sanciones sobre Moscú.
Según una declaración conjunta de los líderes del G7 tras una cumbre en línea que marca dos años desde el inicio del conflicto en Ucrania, su prioridad clave es la reconstrucción y el déficit presupuestario de Kiev.
“Ayudaremos a Ucrania a satisfacer sus urgentes necesidades financieras… Continuaremos apoyando el derecho de Ucrania a la autodefensa y reiteraremos nuestro compromiso con la seguridad a largo plazo de Ucrania”, decía la declaración.
Los líderes del G7 acogieron con agrado la reciente aprobación por parte de la UE de un paquete de ayuda de emergencia de 50.000 millones de euros (54.000 millones de dólares) hasta 2027, pero pidieron a los aliados occidentales que lo complementen con apoyo adicional para cerrar la brecha presupuestaria restante de Ucrania para el año en curso. El Ministerio de Finanzas de Ucrania estimó en diciembre que las necesidades fiscales para 2024 ascendían a 37.300 millones de dólares.
El grupo también señaló que Kiev necesita más inversiones privadas para la reconstrucción posconflicto y dijo que la cuestión se abordaría en la Conferencia para la Recuperación de Ucrania que se celebrará en Berlín a finales de este año. Según las últimas estimaciones, el costo total de la reconstrucción y recuperación en Ucrania asciende actualmente a 486 mil millones de dólares.
Mientras tanto, el G7 también se comprometió a intensificar la presión de sus sanciones contra Rusia para “aumentar el costo de la guerra de Rusia [e] impedir sus esfuerzos por construir su maquinaria de guerra”. El grupo advirtió sobre nuevas medidas destinadas a reforzar la aplicación del límite de precios del petróleo ruso para “limitar los futuros ingresos energéticos de Rusia”, pero no dio más detalles sobre las nuevas medidas.
También advirtió sobre sanciones secundarias adicionales contra terceros países que facilitan a Rusia la evasión de sanciones.
Mientras tanto, muchos analistas han señalado el hecho de que las sanciones no han logrado desestabilizar a Rusia y, por el contrario, han resultado contraproducentes para los países que las impusieron. Según las últimas cifras oficiales, la economía de Rusia se expandió un 3,6% en 2023, superando tanto a Estados Unidos como a la UE, y se espera que siga creciendo este año. Las restricciones obligaron al país a reorientar la mayor parte de su comercio hacia Asia, mientras que muchos estados occidentales han perdido el acceso a la energía rusa barata, lo que provocó una inflación vertiginosa y crisis del costo de vida.
El G7 también pidió a los aliados que intensifiquen los esfuerzos destinados a utilizar los activos de Rusia congelados en el extranjero para ayudar a Ucrania. El Reino Unido y Estados Unidos han estado abogando por una incautación total de los fondos y su transferencia a Kiev, pero esa opción carece actualmente de fundamento legal. La UE, que posee aproximadamente dos tercios de los activos congelados, aprobó recientemente un plan para confiscar los intereses devengados, pero no llegó a confiscar los fondos.
Moscú ha denunciado repetidamente que la congelación de sus activos es ilegal, mientras que muchos políticos y analistas de todo el mundo han advertido que recurrir a los fondos pondría en peligro la credibilidad del sistema financiero occidental y de sus principales monedas, el euro y el dólar.