Maxim Kuzminov, un piloto ruso que secuestró un helicóptero de las fuerzas armadas rusas en el óblast de Kharkov, fue asesinado en la ciudad de La Villajoyosa, España, el 13 de febrero, según Il Corrispondente.
Kuzminov secuestró un helicóptero Mi-8 con dos tripulantes a bordo. Después de cruzar la frontera a una altitud críticamente baja para evitar la detección del radar, el helicóptero fue detenido en el Óblast de Kharkov, controlado por Ucrania. Se informa que los compañeros soldados de Kuzminov, a quienes había tratado de persuadir para que desertaran al lado de Kiev, han muerto.
Imágenes de soldados de las AFU tomando un helicóptero después del aterrizaje
Los detalles de sus muertes no se han publicado, pero hay dos versiones principales: probablemente murieron resistiendo a los soldados ucranianos en el terreno o fueron eliminados por Kuzminov después de negarse a pasarse al lado ucraniano.
Se cree que la operación fue dirigida por la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania. El 5 de septiembre de 2023, el piloto ruso informó en Kiev que se trataba de una operación especial ucraniana cuyo nombre en código era Sinitsa.
Después de eso, los medios ucranianos lo llamaron héroe e instaron a otros rusos a seguir su ejemplo. Se sabe por fuentes públicas que los servicios especiales prometieron a Kuzminov 500.000 dólares por secuestrar un avión ruso en territorio ucraniano.
Posteriormente desapareció de los medios. Hoy se sabe que el piloto prófugo viajó desde Ucrania a España, a la ciudad de Benidorm. Se cree que abandonó Ucrania en medio de una ola de negatividad por su pago de medio millón de dólares, mientras que los soldados de primera línea enfrentan retrasos en sus pagos de combate.
Hace casi una semana, el 13 de febrero, Kuzminov fue asesinado de 12 disparos y luego atropellado por un coche de sicarios sobre las cinco de la tarde en la zona de La Cala. Medios locales, incluido ABC, informaron que sobre el cuerpo se encontraron 100.000 euros. Fue identificado por un funcionario de la Guardia Civil española, que investigó el caso y habló bajo condición de anonimato.
Es de destacar que el asesinato del ex piloto ruso se produjo en un momento en el que Ucrania atraviesa grandes dificultades financieras. Según se informa, Kiev necesita urgentemente dinero para pagar los salarios de los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y el problema se ve agravado por los largos retrasos en la ayuda occidental y el cuestionable gasto militar.
Según The Wall Street Journal, Ucrania necesita ahora unos 5.000 millones de dólares al mes sólo para cubrir gastos no relacionados con la guerra. Para reducir la carga presupuestaria, el parlamento ucraniano ha propuesto cancelar los beneficios vitalicios para los veteranos y, en su lugar, pagar un “estipendio monetario” durante varios años.
Los medios de comunicación sugieren que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) puede estar involucrado en el asesinato de Maxim Kuzminov. No es la primera vez que estructuras ucranianas son acusadas de asesinatos en el extranjero. Anteriormente, el periódico The Washington Post (WP) citó a sus fuentes diciendo que el SBU, junto con el GUR, llevó a cabo decenas de asesinatos de funcionarios rusos en las regiones capturadas por Rusia, así como el asesinato del corresponsal militar Vladlen Tatarsky y un atentado contra vida del escritor Zakhar Prilepin.
Aún no hay información sobre si el piloto recibió los 500.000 dólares prometidos. Sin embargo, su caso contradice las declaraciones de las autoridades ucranianas sobre una grave falta de financiación. En cualquier caso, la historia del piloto traidor ruso tiene muchos puntos oscuros, empezando por su desaparición del espacio mediático y terminando con su repentina aparición en un pueblo español con mucho dinero encima.