China y Estados Unidos expusieron sus inquietudes sobre temas económicos y comerciales de interés bilateral, informaron hoy fuentes oficiales.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio del gigante asiático, durante una videollamada el viceministro de esa cartera, Wang Shouwen, expresó su preocupación por las restricciones de Washington a los semiconductores y los servicios de telecomunicaciones, al tiempo que abogó por el trato justo a las empresas nacionales en el país norteamericano.
Asimismo, reiteró la disposición a trabajar con la parte estadounidense para implementar el consenso alcanzado en la cumbre presidencial de San Francisco en noviembre pasado.
Wang también llamó a aprovechar el rol del Grupo de Trabajo Empresarial China-Estados Unidos, próximo a realizarse a nivel viceministerial, para ampliar la cooperación, gestionar las diferencias y crear condiciones favorables en cuanto a la cooperación bilateral.
Según la fuente, el vicetitular conversó con el subsecretario de Comercio de Estados Unidos, Marisa Lago.
Por otro lado, el Ministerio de Finanzas de China también informó hoy que la tercera reunión del Grupo de Trabajo Económico China-Estados Unidos se celebró aquí del 5 al 6 de febrero.
«Llevaron a cabo intercambios profundos, francos, pragmáticos y constructivos sobre la situación macroeconómica y las políticas de los dos países, la cooperación financiera del G20, la deuda de los países en desarrollo, las políticas industriales y otros temas», informó la cartera.
Asimismo, la parte asiática expresó su preocupación por los aranceles estadounidenses, las restricciones a la inversión y las sanciones contra las empresas chinas.
Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los funcionarios de Washington manifestaron también sus inquietudes sobre prácticas de la política industrial y el exceso de capacidad de China, así como el impacto resultante en los trabajadores y las empresas de la nación norteña.
Aunque los dos países han dado pasos para la distensión de sus relaciones, cuestiones como los desacuerdos comerciales, la intromisión en asuntos internos sobre Taiwán y el respaldo de Washington a fugitivos de la justicia china ponen constantemente sobre la cuerda floja los delicados nexos entre las dos principales economías del orbe.