El Gobierno de Estados Unidos ha afirmado estar “siguiendo de cerca” la decisión anunciada por las juntas militares de Burkina Faso, Malí y Níger sobre su retirada de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), con la que está “en estrecha comunicación”.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha declarado en una rueda de prensa tras ser preguntado sobre el anuncio y el papel de la diplomacia estadounidense en la región que Washington está “siguiendo de cerca esos desarrollos” y está “en estrecha comunicación con la propia CEDEAO y los Estados miembros”.
“Les animaríamos a que siguieran trabajando con la CEDEAO. Les pediríamos a todos que retomaran el camino hacia la democracia, además de seguir colaborando” con la organización”, ha indicado, mientras que ha indicado que lo que hará será consultar con los miembros y otros socios de la región sobre la mejor manera de incitar a estos países a regresar a “un camino hacia la democracia”.
Miller ha hecho hincapié en que las autoridades estadounidenses continuarán interactuando con las organizaciones regionales y alentarán a todas las partes de la región a entablar un diálogo constructivo para encontrar puntos en común”.
“Seguimos apoyando los esfuerzos de la CEDEAO (…) para traer la paz, seguridad y prosperidad a la región. También seguimos promoviendo soluciones lideradas por África”, ha aseverado antes de remarcar que los esfuerzos de este tipo de organizaciones regionales “son cruciales para fomentar la paz, la seguridad y el desarrollo económico”.
La junta de Malí aseguró el lunes haber presentado una “notificación formal” de la salida de los tres países, después de que la CEDEAO negara haber recibido un aviso por las vías adecuadas, al tiempo que recalcó que “sigue decidida a encontrar una solución negociada al estancamiento político” en estos tres países del Sahel.
De esta forma, estos tres países adoptaron una decisión que representa el espaldarazo final a la agrupación que decidieron formar los tres países en septiembre del año pasado, la Alianza de Estados del Sahel. Asimismo, buscan distanciarse de la CEDEAO, al que han criticado en su papel mediador por las sanciones impuestas tras las diversas asonadas.
La salida de estos tres países supone el abandono colectivo de casi 70 millones de personas de la organización panafricana, cuyos mediadores han intentado sin éxito reducir los plazos para que estos países convoquen elecciones para el retorno al orden civil, en medio de sanciones que no han hecho sino enfurecer a sus líderes militares, quienes han ido abandonando la influencia occidental para acercarse cada vez más a Rusia en su defensa contra el terrorismo en la región.