La tendencia surge de los intentos de Estados Unidos de confiscar activos rusos congelados, afirmó el embajador Anatoly Antonov.
Los planes de Estados Unidos de apoderarse de los activos rusos congelados en el extranjero están obligando a otros países a considerar deshacerse del dólar, ya que el uso de la moneda como herramienta política socava su credibilidad, dijo el embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoly Antonov.
En una conferencia de prensa en Washington el sábado, el diplomático subrayó que Rusia considera ilegal cualquier intento de explotar sus activos soberanos.
“Las ideas ‘creativas’ de la Casa Blanca motivadas por objetivos políticos egoístas, como la confiscación de bienes estatales rusos, no sólo contradicen el derecho internacional sino que también van en contra del sentido común”, afirmó Antonov. Añadió que estas acciones ya “ayudaron” a llevar las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington “a un callejón sin salida”.
“Además, obligan a los capitales nacionales sensatos a considerar seriamente el abandono del dólar. Una vez más, esto confirma la urgente necesidad de una transición global hacia la multipolaridad”, enfatizó el diplomático. Antonov advirtió anteriormente que Rusia se vería obligada a corresponder si los países occidentales deciden confiscar sus activos.
La UE, Estados Unidos, Japón y Canadá congelaron alrededor de 300 mil millones de dólares en activos del banco central ruso en 2022 debido a las sanciones contra Moscú relacionadas con Ucrania. Unos 200.000 millones de dólares se encuentran en la UE, en gran parte en la cámara de compensación belga Euroclear.
Bruselas está trabajando actualmente en planes para aplicar un impuesto a las ganancias extraordinarias a las ganancias derivadas de estos fondos, optando al mismo tiempo por no confiscar directamente el dinero congelado. A muchos en el bloque les preocupa que pueda socavar la estabilidad económica de la eurozona.
Mientras tanto, Estados Unidos, que supuestamente posee alrededor de 5 mil millones de dólares en activos del banco central ruso, ha estado presionando a otros países para que se apoderen de los fondos. Se espera que la cuestión se debata en la reunión de líderes del G7 en febrero, antes del segundo aniversario del inicio del conflicto en Ucrania.