El Ministerio del Interior de Marruecos ha asegurado que en 2023 se produjeron seis intentos de salto a las vallas fronterizas con Ceuta y Melilla en los que participaron unos 1.400 migrantes, un descenso del 62 por ciento con respecto a sus propias cifras del año anterior.
Así consta en un balance anual en el que el Gobierno estima que frenó el año pasado 75.184 intentos de migración irregular en distintas parte del reino alauí, una subida del 6 por ciento con respecto a los datos de 2022, mientras que habría desarticulado 419 grupos dedicados al tráfico de personas, un 44 por ciento más.
En cuanto a las operaciones en el mar, el Ministerio ha elevado a más de 16.800 los migrantes rescatados –un 35 por ciento más–, si bien a principios de mes las Fuerzas Armadas también habían dado cuenta de unas 87.000 interceptaciones en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, aguas de paso hacia España.
El Gobierno de Marruecos reivindica estas cifras como un ejemplo de su compromiso “solidario” con todos los socios y su contribución “a la seguridad regional y a la lucha contra las redes de tráfico transfronterizo”, según la nota recogida por la agencia de noticias oficial MAP.
Rabat, que alude además a “un entorno regional inestable y plagado de múltiples amenazas, esgrime que el rey Mohamed VI ha apostado por convertir el “respeto de los derechos de los migrantes” en el eje de la Estrategia Nacional de Inmigración y Asilo, “dentro de una lógica de solidaridad e inclusión”.
El Ministerio del Interior marroquí enmarca dentro de esta estrategia las regularizaciones masivas de 2014 y 2016, de las que se beneficiaron más de 50.000 personas, y asegura que en 2023 facilitó el retorno voluntario de 5.844 migrantes a sus países de origen –un aumento del 62 por ciento si se compara con 2022–.