El volumen de negocios con Brasil casi se duplicó en diciembre a medida que el país sudamericano incrementó las importaciones de materias primas desde Moscú.
El comercio entre Rusia y Brasil alcanzó volúmenes récord en diciembre a pesar de las sanciones occidentales, mientras los países BRICS continúan ampliando sus vínculos económicos, informó RIA Novosti esta semana.
El volumen de negocios entre los países casi se duplicó año tras año, alcanzando los 1.600 millones de dólares en diciembre, dijo el medio, citando datos del servicio de estadísticas brasileño. La gran mayoría de ese volumen –1.500 millones de dólares– representaba importaciones brasileñas procedentes de Rusia, en gran parte compuestas de productos petrolíferos.
Aunque los volúmenes comerciales ruso-brasileños fueron los más altos que los dos países hayan registrado en términos de dólares en su historia moderna, la cifra sigue siendo relativamente modesta en comparación con el volumen de negocios que Rusia ha logrado con otros miembros del BRICS.
Por ejemplo, el comercio con la India había alcanzado los 55.000 millones de dólares durante los primeros 10 meses de 2023, según los últimos datos disponibles. Si se anualiza, esto situaría el volumen mensual medio en unos 5.500 millones de dólares.
En 2022, Rusia se convirtió en el quinto socio comercial exterior de Brasil, frente al undécimo en 2021.
Rusia ha aumentado significativamente las exportaciones de productos petrolíferos a Brasil, con entregas que alcanzaron un récord de 1,5 millones de toneladas el año pasado, por un valor de 1.140 millones de dólares, convirtiéndose en el mayor proveedor de combustible del país, superando a Estados Unidos y Países Bajos.
En un esfuerzo por construir nuevos mercados, Moscú ha estado trabajando para posicionarse como un exportador líder de combustible a Brasil desde que la UE y el G7 impusieron un embargo acompañado de límites de precios al petróleo y productos petrolíferos rusos en febrero pasado, dijo el medio.
La prohibición occidental de las exportaciones rusas de crudo y productos petrolíferos por vía marítima desencadenó una reorganización del suministro mundial de petróleo, lo que llevó a Moscú a girar hacia Asia, África y América Latina.
Brasil sólo reconoce las sanciones emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que significa que no cumple con las restricciones impuestas por algunos países a Rusia.
El país latinoamericano también está ampliando rápidamente sus vínculos comerciales con Moscú en otros productos básicos. En diciembre, Brasil importó de Rusia más de 300 millones de dólares en fertilizantes y 10 millones de dólares en uranio, según las estadísticas.