Casi una quinta parte de toda la electricidad del país es generada por reactores nucleares.
España ha confirmado planes para cerrar todos los reactores nucleares del país para 2035, fijándose el objetivo de invertir en más energía verde. Los planes han resultado polémicos y muchos argumentan que el país se privará de una fuente clave de energía.
Los costes previstos del cierre y la gestión de los residuos nucleares se estiman en unos 20,2 millones de euros (22,3 millones de dólares), según los resultados de una reunión del Consejo de Ministros publicados el miércoles. Los costes serán cubiertos por los propietarios de las instalaciones nucleares, en línea con el principio español de “quien contamina paga”.
El destino de las centrales atómicas de España estuvo entre los muchos temas de discordia durante las elecciones del país en el verano. El conservador Partido Popular, de oposición, prometió revertir cualquier eliminación gradual de la energía nuclear. “No podemos desconectar el 21% de la energía instalada en España sin tener otro 21% capaz de funcionar con energías renovables”, dijo en julio el líder del partido Alberto Núñez Feijóo, advirtiendo que “el precio de la energía subirá exponencialmente” si los planes siguen adelante.
El lobby empresarial Círculo de Empresarios también pidió el mes pasado que se salven las plantas de energía atómica de España, insistiendo en que la política y la ideología no deberían afectar la infraestructura energética establecida.
Madrid decidió originalmente el desmantelamiento a principios de 2019, cuando redactó un plan nacional de energía y clima requerido por las normas de la UE.
España también describió el miércoles nuevas reglas para el desarrollo de proyectos de energía verde y renovable. El Consejo de Ministros acordó ampliar los plazos para los próximos proyectos, incluido el sector energético, donde las solicitudes de permiso de construcción se ampliaron de seis meses a 49 meses.
Las subastas gubernamentales para proyectos de energía renovable, como la energía eólica, también incorporarán nuevos criterios que tengan en cuenta “el valor social y ambiental para la industria europea”.
Otros planes incluyen recortar el exceso de gasto energético y hacer más eficiente el consumo de energía entre empresas y consumidores.
España no es el único país europeo que se aleja de la energía nuclear este año. Los últimos tres reactores nucleares de Alemania (Emsland, Isar 2 y Neckarwestheim 2) fueron cerrados en abril.