El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva aumentará el salario mínimo en Brasil un 6,8 por ciento a partir del 1 de enero, lo que representa una escalada a mil 412 reales (292,2 dólares).
Tal progresión sería de 92 reales (unos 20 dólares) más que los mil 320 reales (275 dólares) en vigor actualmente.
Según la nota oficial, además de restaurar la inflación, el incremento del salario mínimo nacional toma en cuenta un tres por ciento que se deduce crecería la economía en 2023, con lo cual el nuevo valor sería una ganancia real para los trabajadores.
La valoración por encima de la inflación constaba en medida provisional enviada por Lula en mayo al Congreso Nacional, que la aprobó en agosto.
El nuevo valor, entonces, fue incluido en la ley presupuestaria para 2024, aprobada por el Parlamento el 22 de diciembre.
La definición del nuevo valor deriva de una fórmula adoptada durante los gobiernos anteriores del Partido de los Trabajadores, con base en el Índice Nacional de Precios al Consumidor y la variación del Producto Interno Brito (PIB, la suma de todas las riquezas producidas en el país).
Como entrará en vigor desde el 1 de enero, la nueva cuantía comenzará a depositarse a principios de febrero.
«La valorización del salario mínimo es esencial» para la economía del país, señala Lula, citado en el comunicado.
Aseguró que, de esta forma habrá, «más dinero en circulación, las ventas del comercio aumentan, la industria produce más, y la rueda de la economía vuelve a girar, permitiendo la creación de nuevos empleos».
El mercado financiero brasileño mantuvo en 2,92 por ciento la previsión de crecimiento del PIB para el cierre de 2023 y la elevó de 1,51 a 1,52 por ciento para el próximo año, según publicó este martes el Banco Central.