Las lluvias, con vientos de hasta 100 km/h, inundaciones y algunas tormentas de granizo dejaron a más de 124.000 personas sin electricidad.
Las autoridades australianas comunicaron este miércoles que ascendió a nueve la cifra de personas muertas, entre ellas una niña, por las fuertes tormentas que azotaron el este del país esta semana, mientras tres personas están desaparecidas.
La policía del estado nororiental de Queensland, uno de los más afectados por la tormenta, informó de la muerte de una niña de nueve años que fue arrastrada por las inundaciones en el suburbio de Rochedale South, Brisbane.
Las autoridades de Queensland recuperaron el martes el cuerpo de otra víctima que murió cuando el barco en el que viajaba volcó cerca de la isla Green, al norte de Brisbane. Fue recuperado después de una operación masiva de búsqueda y rescate que permitió rescatar a ocho personas.
La Policía de Queensland reportó que encontró dos cuerpos más relacionados con ese incidente.
En otras partes de Queensland, dos mujeres fueron arrastradas el martes por las inundaciones en la localidad de Gympie, 170 kilómetros al norte de Brisbane. Sus cuerpos ya fueron recuperados por agentes policiales.
Al otro lado de la costa este de Australia, las autoridades del estado sureño de Victoria informaron de la muerte de una mujer debido a las fuertes tormentas. El martes se reportó el deceso de dos personas debido a caídas de árboles.
Las fuertes lluvias, con vientos de hasta 100 km/h, inundaciones y algunas tormentas de granizo dejaron a más de 124.000 personas sin electricidad en el sur de Queensland durante la Navidad, y alrededor de 92.000 siguen a la espera de que se restablezca el servicio.
Asimismo, la tormenta que azotó Nueva Gales del Sur entre el domingo y el martes inundó varias carreteras de Sídney y el aeropuerto de la ciudad, y provocó daños por granizo en decenas de viviendas cercanas en la jurisdicción.
Decenas de comunidades australianas remotas en el extremo norte de Queensland quedaron aisladas la semana pasada después de las inundaciones provocadas por el ciclón Jasper.
Australia ha afrontado una temporada fuerte de lluvias a lo largo de su costa este, pero este verano austral ha sido más seco de lo habitual debido a El Niño, un fenómeno natural provocado por las corrientes oceánicas en el Océano Pacífico, que podría verse agravado por el calentamiento global y provocar consecuencias catastróficas.