En la cuenta regresiva para el comienzo de los Juegos Olímpicos de París-2024 faltan hoy siete meses, con muchas dudas aún por despejar, como el costo de la estancia y la cantidad de espectadores en la ceremonia inaugural.
Si hace un mes la Región Parisina arrojó un balde de agua fría a los 10 millones de visitantes que se esperan para la cita estival, al anunciar un incremento de casi el ciento por ciento del costo del transporte público, de los 2,10 euros actuales a cuatro, ahora son los hoteles los que prometen noches de búsqueda y de preocupación a los turistas.
Decepción pudiera ser la palabra para no pocos, ya que entre sus promesas de candidatura a acoger por tercera vez las olimpiadas, París había ofrecido transporte gratuito a los portadores de entradas foráneos, pero la presidenta de la región, Valérie Pécresse, esgrimió que no es justo que los parisinos asuman el costo de las necesarias mejoras del servicio.
La voz de alarma sobre los hoteles acaba de lanzarla la asociación de defensa de los derechos de los consumidores UFC-Que Choisir, con un estudio que pone los pelos de punta y sugiere que una noche olímpica en la Ciudad de la Luz, al menos en las inmediaciones del río Sena, será solo para bolsillos afortunados.
En particular, la organización denunció la obligación de reservar varios días, impuesta por algunos hoteles, y tarifas alucinantes, en un documento consultado por la cadena Franceinfo, que recoge un incremento del 226 por ciento del precio de una habitación.
El estudio incluyó a 80 instalaciones que oscilan en la categoría de dos a cinco estrellas, situadas en las inmediaciones del Sena, el cual será epicentro de París-2024 con la inauguración por primera vez fuera de un estadio y los atletas desfilando en barcazas por sus tranquilas aguas.
UFC-Que Choisir encontró al comparar los precios de habitaciones con camas dobles a principios de este mes con los ofertados para el 26 de julio del año próximo que la media pasa de 317 euros a mil 33.
Claro que alojarse en lugares cercanos al famoso río y sus márgenes declaradas Patrimonio de la Humanidad se presumía caro, pero no a tal punto, además del temor que la escalada de costo se extienda cual epidemia por la urbe adornada por la Torre Eiffel.
La asociación que protege a los consumidores instó a los hoteleros y a las autoridades a la sensibilidad.
Por supuesto que es muy pronto para abordar el tema, pero París-2024 pudiera quedar entre las sedes más caras de la historia olímpica para los visitantes.
A propósito de la ceremonia inaugural, ronda la duda de cuántas personas serán testigos de un hecho sinigual en los eventos bajo los cinco aros, con un acto previsto al aire libre y 400 mil espectadores anunciados en octubre, 100 mil tras la compra de boletos y el resto gratis en las márgenes superiores del Sena.
En este caso el tema que inquieta es el de la seguridad, ya que París como Francia se sitúa desde el 13 de octubre en la fase de “urgencia atentado”, después del asesinato en Arras del profesor Dominique Bernard por un extremista.
Hace seis días el presidente Emmanuel Macron reconoció la existencia de un plan B y hasta C en caso de amenaza terrorista potencial, pero insistió en el objetivo de organizar una ceremonia de apertura única, que deje a los franceses orgullosos de la misma.
Al abordar el tema hoy, la cadena RMC Sport analiza la posibilidad de que sea revisada a la baja la cantidad de público presente el 26 de julio de 2024 en torno al Sena, recordando que ya una vez fue reducida, pasando de 600 mil a 400 mil.
El desafío de seguridad será inmenso, con al menos 45 mil policías, gendarmes y soldados desplegados en las márgenes superiores, lo que significa cuatro uniformados cada 100 metros.