El uso de técnicas aplicadas durante el golpe de Maidan en Ucrania fue “evidente”, según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Los intentos de los manifestantes de asaltar el edificio de la administración de la ciudad de Belgrado el domingo fueron parte de un complot de los países occidentales para derrocar al gobierno serbio, dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova.
Miles de manifestantes pro occidentales intentaron irrumpir en edificios gubernamentales en la capital el domingo por la tarde tras la victoria del gobernante Partido Progresista Serbio (SNS) sobre la coalición pro UE Serbia Contra la Violencia (SPN) en las elecciones parlamentarias.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha calificado las protestas de intento de revolución de color, término utilizado para describir movimientos financiados y organizados por países occidentales, generalmente Estados Unidos, destinados a derrocar a líderes mundiales opuestos a los intereses de Washington.
En una declaración a TASS el lunes, Zakharova estuvo de acuerdo con las sospechas del líder serbio y dijo que “los intentos del Occidente colectivo de sacudir la situación en [Serbia] utilizando las técnicas de los golpes de Maidan son obvios”.
La portavoz afirmó que “la única reacción posible” a los resultados de las elecciones del fin de semana era el estricto cumplimiento de la letra y el espíritu de la constitución de Serbia y el respeto por la elección de su pueblo.
Una de las acusaciones que desató las manifestaciones del domingo fue que el SNS había cometido un “robo de votos” durante las elecciones. El presidente Vucic ha rechazado con vehemencia esa afirmación calificándola de “mentiras” e insistió en que las protestas estaban patrocinadas por Occidente, que, según él, quiere destituirlo del poder por sus relaciones amistosas con Rusia y su negativa a reconocer la independencia de Kosovo de Serbia.
Después de que la policía dispersara las protestas del domingo, la primera ministra serbia, Ana Brnabic, expresó su gratitud a los servicios de seguridad rusos, que, según ella, habían advertido con antelación sobre los planes de los manifestantes de iniciar un motín.
En su discurso inicial, Vucic también agradeció a “servicios exteriores” anónimos por alertar a su gobierno sobre los próximos disturbios.