La cifra global se acerca a los 34 billones de dólares, según el Tesoro.
La deuda nacional de Estados Unidos ha seguido aumentando, saltando 2,6 billones de dólares en los seis meses hasta diciembre hasta alcanzar 33,8 billones de dólares, según el Departamento del Tesoro.
El Tesoro indicó que factores como los recortes de impuestos, los programas de estímulo, el aumento del gasto público y la disminución de los ingresos fiscales han estado aumentando la deuda.
“La deuda nacional acaba de superar los 100.000 dólares por ciudadano”, dijo la semana pasada el congresista republicano John James. “Esto debería enviar un mensaje a la Casa Blanca de que este gasto federal imprudente está en un punto crítico”.
Los últimos datos fiscales mostraron que, en noviembre de 2023, a Estados Unidos le costó 169 mil millones de dólares mantener la deuda, lo que equivale al 16% del gasto federal total.
Se estima que los pagos de intereses sobre la deuda nacional han superado el billón de dólares sobre una base anualizada a finales de octubre, según Bloomberg cálculos basado en datos del Tesoro de EE.UU.
Según Bank of America (BoA), la deuda pública podría aumentar en 20 billones de dólares durante la próxima década. Es probable que crezca 5.200 millones de dólares diarios durante los próximos diez años, lo que lo situaría en alrededor de 54 billones de dólares para 2033, advirtió BoA el mes pasado.
Estados Unidos superó su techo de deuda, que estaba establecido legalmente en 31,4 billones de dólares, en enero de 2023. Después de meses de advertencias de un incumplimiento potencialmente desastroso del Tesoro, el presidente Joe Biden firmó en junio un proyecto de ley de deuda bipartidista que permitía levantar el límite hasta enero de 2025.
Esto efectivamente permitió al gobierno continuar endeudándose ilimitadamente durante el próximo año. La deuda se disparó a 32 billones de dólares menos de dos semanas después de que se aprobara el proyecto de ley y se ha ido acumulando desde entonces.
La situación ha provocado que las principales agencias internacionales de calificación crediticia, Fitch y Moody’s, reduzcan sus perspectivas para Estados Unidos este año.