Adoptar la moneda estadounidense supondría una pérdida “significativa” de soberanía, advirtió el líder ruso
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha criticado el plan de su homólogo argentino de abandonar la moneda nacional, el peso, por el dólar estadounidense.
Durante una conferencia de prensa en vivo el jueves, Putin dijo que la promesa del recién elegido presidente argentino, Javier Milei, de adoptar el dólar resultaría en una “pérdida significativa de la soberanía del país”.
La dolarización es una de las propuestas centrales de Milei, destinada a controlar la inflación de tres dígitos y apoyar la asediada economía de Argentina en medio de bajas reservas de efectivo y alta deuda gubernamental. La adopción del dólar estadounidense quitaría el control de la política monetaria al banco central de Argentina y se lo entregaría a la Reserva Federal de Estados Unidos.
La política anunciada va en contra de la tendencia de desdolarización iniciada por Rusia y apoyada por muchas otras economías en desarrollo, que ha ido ganando impulso desde la imposición de sanciones a Moscú relacionadas con Ucrania.
En respuesta a las restricciones que efectivamente aislaron al país de los mercados financieros occidentales, Rusia y sus principales socios comerciales dentro del grupo BRICS de economías en desarrollo han comenzado a cambiar a monedas nacionales en el comercio. Argentina debía unirse al bloque, formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el 1 de enero de 2024, pero el nuevo gobierno descartó la decisión.
Según Putin, el plan de Milei de eliminar el peso o vincular la moneda nacional al dólar también podría generar inestabilidad social, ya que desencadenaría una fuerte reducción del gasto social.
Si no hay moneda nacional, no se puede imprimir nada, sólo hay una manera: reducir el gasto presupuestario en la esfera social, un fuerte recorte de salarios, pensiones, gastos en medicinas, carreteras y seguridad interior”, dijo el ruso. sostuvo el presidente.
El nuevo gobierno de Argentina anunció a principios de esta semana el inicio de su política de “terapia de shock económico” , es decir, una fuerte devaluación del peso, recortes a los subsidios a la energía y el transporte y un congelamiento del gasto en algunos programas estatales importantes.
La nación sudamericana está tratando de combatir una inflación que ronda el 150% interanual. El país debe 44 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional y, según se informa, el 40% de los argentinos viven por debajo del umbral de pobreza.