El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han tomado las riendas de la cumbre europea con una reunión con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, principal escollo para aprobar la apertura de negociaciones para la adhesión al bloque de Ucrania.
Orbán se ha convertido en el gran protagonista de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del bloque llamada a dar pasos con Kiev, después de semanas amenazando con vetar cualquier decisión sobre Ucrania. Su entrada al club comunitario es una “línea roja” para Budapest que también mantiene bloqueado el plan de apoyo militar y económico.
Así las cosas, Macron y Scholz se han reunido con Orbán junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, antes de que de comienzo la cumbre, ha informado la portavoz de Michel.
Ya este miércoles, Macron y Scholz se anticiparon con una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que demanda más fondos para migración, después de que Italia se sumara a un grupo formado por Austria, Eslovaquia o Eslovenia que piden dar pasos con Bosnia a la vez que se apoya la apertura de negociaciones de Kiev.
Antes de la cita, el ex primer ministro belga ha pedido a los líderes de los Veintisiete tomar decisiones y ser “audaces” respecto a la adhesión de Ucrania. “Trabajamos día y noche para tomar decisiones positivas”, ha argumentado, adelantando que la cumbre de líderes se avecina “compleja”, pero será una cumbre “importante” para la UE.
Budapest alega que la política de la UE en plena guerra de Ucrania con Rusia no está funcionando y tiene que someterse a ajustes. Además, critica una supuesta discriminación a la minoría húngara en el oeste de Ucrania y considera que el país no está preparado ni ha cumplido las condiciones para que la UE abra negociaciones de ingreso.