El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de Brasil propuso que Jair Bolsonaro entregara en 15 días todos los regalos recibidos en su mandato, sin estar debidamente registrados y hoy bajo custodia del expresidente.
El área técnica de la TCU exige la devolución de los presentes recibidos por Bolsonaro durante su gestión como jefe de Estado (2019-2022) que no fueron adecuadamente inscritos en el sistema del acervo de la Presidencia de la República.
La auditoría impugna en el texto la narrativa presentada por la defensa del exmilitar, que alegaba que las joyas serían consideradas como artículos de naturaleza personal.
Según los técnicos, la irregularidad «se consubstancia en el desvío de bienes que debían ingresar en el patrimonio de la Unión». Los ministros de cuentas afirman que esta conducta puede configurar el delito de malversación.
El órgano apunta además para posible práctica de peculado. Se trata de una infracción cometida por funcionarios públicos de tomar para sí objeto público de forma ilegal. En términos más simples, algo entre corrupción y robo.
La decisión se basa en un dictamen técnico y refuerza el fallo cautelar anterior, de marzo, del ministro Augusto Nardes, ponente del caso.
Nardes apuntó en la ocasión que el caso «revela elevada gravedad. Sea por el valor de los objetos, sea por la relevancia de los cargos de los eventuales autores de las irregularidades».
Entonces, obligaron a Bolsonaro a entregar parte de las dádivas a la Caja Económica Federal y otra a la Policía Federal.
Para auditores, las joyas como las armas recibidas por el excapitán del Ejército durante su desempeño presidencial son propiedad del Estado brasileño.
En ese sentido, ordenan que la Caja Económica Federal restituya el collar de diamantes, el reloj y otros objetos actualmente en manos de Bolsonaro.
Sobre las alhajas, dice el parecer, «se revisten de características que los hacen bienes públicos».
Por eso, es «necesario informar a la Caja Económica Federal que devuelva los referidos objetos al expresidente de la República, Sr. Jair Messias Bolsonaro, que, a su vez, deberá entregarlos a la Presidencia de la República».
Al respecto, la defensa del político ultraderechista indicó en una nota que el exmandatario «nunca tuvo ninguna injerencia en el proceso de clasificación de regalos que se le ofrece- si están destinados a la colección pública o privada».