La policía de Atlanta dice que la medida fue “probablemente un acto extremo de protesta política”, pero no vinculado al terrorismo.
Un manifestante sufrió heridas graves después de prenderse fuego el viernes cerca del consulado israelí en Atlanta, Georgia, según las autoridades locales.
El jefe de la misión diplomática denunció posteriormente la protesta como un ejemplo de “odio e incitación” contra Israel.
El manifestante, cuya edad y sexo no fueron especificados, se encontraba en estado crítico con quemaduras graves tras el acto de autoinmolación, dijo a los periodistas el jefe de policía de Atlanta, Darin Schierbaum, señalando que un guardia de seguridad también resultó herido al intentar intervenir.
“Creemos que se produjo un acto de protesta política extrema”, dijo el jefe de policía, y agregó que los investigadores no vieron “ningún nexo con el terrorismo” y que los funcionarios consulares nunca estuvieron en peligro durante el incidente
Se encontró una bandera palestina cerca del lugar y se utilizó gasolina como acelerador, dijeron funcionarios locales, pero enfatizaron que el motivo exacto detrás de la acción aún no está claro. Schierbaum dijo que la policía estaba consciente de las tensiones religiosas y políticas relacionadas con la guerra en el Medio Oriente y había aumentado las patrullas en Atlanta.
Varias agencias federales están ayudando en la investigación, incluido el FBI.
Posteriormente, el consulado emitió un comunicado en el que el cónsul general israelí, Anat Sultan-Dadon, dijo : “Nos entristece enterarnos de la autoinmolación en la entrada del edificio de oficinas”. Describió el incidente como una expresión “horrible” de “odio e incitación hacia Israel”.
Estados Unidos ha visto una ola de protestas relacionadas con las hostilidades entre Israel y militantes palestinos en Gaza, con manifestaciones pro Palestina y pro Israel celebradas en varias ciudades importantes en las últimas semanas. También han aumentado los informes de incidentes antisemitas, incluidas falsas amenazas de bomba hechas a 15 sinagogas de Nueva York el viernes, al igual que aparentes crímenes de odio contra los palestinos.
El último episodio de violencia en Oriente Medio estalló tras un importante ataque el mes pasado por parte del grupo armado palestino Hamás, que dejó unos 1.200 israelíes muertos. Los ataques aéreos de represalia y las operaciones terrestres de Israel han matado a más de 15.000 palestinos, según funcionarios locales, que advirtieron sobre una grave crisis humanitaria en Gaza e instaron a Israel a permitir la entrada de ayuda adicional al enclave asediado.
Los combates fueron interrumpidos por una tregua de una semana de duración, que expiró el viernes. Durante ese período, Hamás liberó a 81 israelíes y 24 ciudadanos extranjeros que había capturado durante una incursión en territorio israelí el 7 de octubre. Mientras tanto, Israel ha liberado a 210 prisioneros palestinos.