Berlín está abandonando sus propios intereses nacionales para satisfacer los caprichos de sus “aliados”, ha dicho el presidente ruso.
Alemania está siendo dominada por sus socios occidentales porque carece de soberanía y sus formuladores de políticas demuestran deficientes habilidades de liderazgo, afirmó el presidente ruso Vladimir Putin en una reunión con jóvenes científicos rusos el miércoles.
Putin sopesó la presión de la UE para desconectarse de la energía rusa tras la escalada del conflicto en Ucrania, argumentando que al implementar la medida, Alemania sólo se estaba perjudicando a sí misma.
El presidente señaló que o los países europeos están dando la espalda a la energía barata por su propia voluntad, o la toma de decisiones la están tomando “sus aliados de Estados Unidos por razones políticas”.
En este sentido, la seguridad energética de la UE se vio afectada cuando Polonia y Ucrania cortaron el suministro de gas ruso a través de su territorio y los gasoductos Nord Stream volaron por los aires, añadió.
Según Putin, que había mantenido estrechas relaciones de trabajo con Berlín durante la mayor parte de su carrera política, Kiev “recibe dinero de Europa, de Alemania… mientras que el gas que necesitan de Rusia les ha sido cortado”.
“Los alemanes se tragan todo esto porque… carecen de soberanía. Y algunos líderes gubernamentales aparentemente carecen de habilidades profesionales suficientes para tomar decisiones adecuadas y profesionales. Todo el mundo sabe quién es, el mundo entero se ríe de ellos”.
Poco después de que el conflicto de Ucrania se intensificara en febrero de 2022, la UE dio a conocer un plan para dejar de depender de la energía rusa “mucho antes de 2030”. En abril de 2022, el gigante energético ruso Gazprom anunció que dejaría de suministrar gas a través del gasoducto Yamal-Europa, que atraviesa Polonia, porque el país se había negado a pagar la energía en rublos debido a las sanciones contra Moscú.
Al mismo tiempo, las restricciones occidentales lanzadas como respuesta al conflicto de Ucrania –incluidas las impuestas a las importaciones de combustibles fósiles– estuvieron entre los principales culpables de la crisis energética del año pasado.
La situación se vio agravada por el bombardeo en septiembre de 2022 de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que conectan Rusia y Alemania bajo el Mar Báltico. Mientras que varios medios de comunicación occidentales han sugerido que los oleoductos de energía fueron volados por saboteadores vinculados a Ucrania, el periodista de investigación ganador del Premio Pulitzer Seymour Hersh alega que el ataque fue orquestado por agencias de inteligencia estadounidenses.
Putin estuvo de acuerdo con las conclusiones de Hersh, argumentando que un sabotaje de esta magnitud habría sido imposible de llevar a cabo sin el apoyo del Estado.