Israel “debe dejar de utilizar el agua como arma de guerra” y permitir que entre agua limpia y combustible en Gaza para activar la red de suministro de agua antes de que sea “demasiado tarde”, dijo el viernes un experto de la ONU.
“Cada hora que pasa mientras Israel impide el suministro de agua potable en la franja de Gaza, en descarada violación del derecho internacional, pone a los habitantes de Gaza en riesgo de morir de sed y de enfermedades relacionadas con la falta de agua potable”, Pedro Arrojo-Agudo , dijo en un comunicado el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento.
“Quiero recordar a Israel que impedir conscientemente que los suministros necesarios para el agua potable entren en la Franja de Gaza viola tanto el derecho internacional humanitario como el de derechos humanos”, dijo Arrojo-Agudo, añadiendo que el impacto en la salud y la higiene públicas será “inimaginable”.
Advirtió que podría provocar más muertes de civiles que la ya colosal cifra de muertos por el bombardeo de Gaza.
Destacó que los niños serán los primeros afectados por la crisis del agua y el saneamiento, especialmente los menores de cinco años, y luego las mujeres.
“Estas víctimas de la guerra, frecuentemente invisibles, se pueden prevenir, e Israel debe evitarlas”, afirmó.
Desde que Israel comenzó a bombardear Gaza el 7 de octubre, al menos 11.500 palestinos han muerto, entre ellos más de 7.800 mujeres y niños, y más de 29.200 han resultado heridos, según las últimas cifras.
Miles de edificios, incluidos hospitales, mezquitas e iglesias, también han resultado dañados o destruidos en los incesantes ataques aéreos y terrestres de Israel contra el enclave asediado.
Un bloqueo israelí también ha cortado a Gaza el suministro de combustible, electricidad y agua, y ha reducido las entregas de ayuda a un pequeño goteo.
Mientras tanto, el número de muertos israelíes ronda los 1.200, según cifras oficiales.