El presidente de Estados Unidos dijo que mantenía su descripción de Xi Jinping como un “dictador”, horas después de reunirse con él en San Francisco.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha calificado de errónea e irresponsable la caracterización que hizo Joe Biden de Xi Jinping como “dictador”.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos redobló la descripción horas después de reunirse con su homólogo chino en San Francisco el miércoles.
Durante una conferencia de prensa en solitario después de las conversaciones, se le preguntó a Biden si seguiría usando el término “dictador” para describir a Xi, como lo hizo en junio.
“Mira, lo es. Es un dictador en el sentido de que es un tipo que dirige un país que es un país comunista que se basa en una forma de gobierno totalmente diferente al nuestro”, respondió .
Cuando se le preguntó sobre los comentarios de Biden durante una rueda de prensa el jueves, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, dijo que la declaración era “absolutamente errónea” y que Beijing se oponía a esta “manipulación política irresponsable”. Condenó los intentos de “sembrar discordia entre las dos naciones”.
Antes de la cumbre, el presidente estadounidense habría criticado el liderazgo de Xi durante una recaudación de fondos. Biden afirmó que, con Xi al mando, China tenía “problemas reales” y dijo que era “otro ejemplo de cómo se está afianzando el restablecimiento del liderazgo estadounidense en el mundo”, según informes de los medios.
Mao reaccionó al comentario del miércoles, enfatizando que el respeto mutuo era “fundamental” para construir relaciones bilaterales. Dijo que todas las naciones tienen algunos problemas y expresó su esperanza de que Estados Unidos pueda resolver los suyos y mejorar las vidas de su gente.
La administración Biden ha construido su política exterior en torno a la noción de una confrontación global entre “democracias” y “autocracias”, y en esta última categoría se incluyen naciones que se oponen a la influencia de Washington, incluidas China y Rusia.
En marzo, Biden organizó la llamada “Cumbre de la Democracia”, el segundo evento de este tipo. La isla china autoadministrada de Taiwán estaba en la lista de invitados en lo que se percibió como un desaire a Beijing.