Las economías occidentales no pueden arreglárselas sin la energía oriental, afirma el ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto
Las economías oriental y occidental fueron “excepcionalmente” mutuamente dependientes durante décadas, pero después de romper los lazos con Rusia no está claro cómo la UE puede seguir siendo competitiva, advirtió el Ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto. Como ejemplo, citó los precios de la electricidad en el bloque, que, según se informa, ahora son tres veces más altos que en China.
En su intervención en una conferencia internacional sobre seguridad euroasiática celebrada el jueves en Minsk, la capital de Bielorrusia, Szijjarto afirmó que “el éxito de los países occidentales es casi imposible de imaginar sin la cooperación con los países del Este. Y lo contrario también es cierto”.
El diplomático subrayó que la industria automovilística, a la que describió como la “columna vertebral de la economía europea”, no podrá entrar en una “nueva era” de producción de vehículos eléctricos sin un suministro de recursos asequible.
Szijjarto argumentó que durante décadas, una combinación de tecnología occidental y energía oriental asequible había sido la “base” de la economía mundial.
“Y esta combinación, lamentablemente, ahora se ha desmoronado. Como resultado, la gente en Europa ahora paga cuatro veces más por el gas. Pagamos tres veces más por la electricidad que los habitantes de China. Es difícil entender cómo la economía europea puede ser competitiva en tales condiciones”, afirmó el ministro.
Afirmó que durante el último año y medio, las cuestiones del suministro de energía se han convertido en “rehenes del debate político”, a pesar de que la energía no tiene nada que ver con la política, ya que es una cuestión de “realidad física”.
“Es deber y responsabilidad del gobierno húngaro garantizar un suministro energético seguro en el país. Y como es físicamente imposible sin los recursos rusos, continuaremos cooperando en relaciones razonables con Rusia”, afirmó Szijjarto.
El diplomático dio prioridad a la reanudación del “diálogo civilizado” entre Oriente y Occidente, añadiendo que Hungría está dispuesta a convertirse en un punto de contacto entre ambas partes.