El jefe de Estado jordano dijo que cualquier plan para obligar a los refugiados a llegar a los países vecinos sería una “línea roja”.
Ni Jordania ni Egipto aceptarán refugiados palestinos y cualquier intento de obligarlos a hacerlo será una “línea roja” para las naciones vecinas, advirtió el rey Abdullah II de Jordania.
En una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán Olaf Scholz en Berlín el martes, el jefe de Estado jordano insistió en que la crisis humanitaria que se desarrolla en la Franja de Gaza palestina debe manejarse dentro de los confines de los territorios palestinos y no se puede permitir que se desborde hacia todo el Medio Oriente.
“Esa es una línea roja”, dijo el rey Abdullah II a los periodistas. “Creo que ese es el plan de algunos de los sospechosos habituales para intentar crear problemas sobre el terreno”.
“No habrá refugiados en Jordania ni refugiados en Egipto”, reiteró.
La Franja de Gaza, que es el territorio palestino actualmente sitiado por Israel en respuesta al ataque llevado a cabo por Hamás el 7 de octubre, limita con Egipto al sur, mientras que el otro territorio importante de Palestina en Cisjordania limita con Jordania.
Se entiende que Jordania ha expresado su preocupación de que un desplazamiento de palestinos de la Franja de Gaza hacia Egipto pueda sentar un precedente para una afluencia de refugiados en una fecha posterior desde Cisjordania hacia la nación del Medio Oriente.
El gobierno egipcio cerró el cruce de Rafah, su único corredor terrestre con Gaza, tras el ataque contra Israel a principios de este mes, creando efectivamente una prisión al aire libre para los civiles palestinos ubicados en la región.
Israel también informó a Egipto que cualquier intento de proporcionar ayuda humanitaria a Palestina (mediante suministros a través de convoyes humanitarios, por ejemplo) sería bombardeado por las Fuerzas de Defensa de Israel.
Gaza se está preparando para nuevos ataques aéreos de represalia por parte de Israel por los ataques cometidos por Hamás, que vio a más de 1.300 civiles israelíes, entre ellos mujeres y niños, masacrados a sangre fría.
Israel ordenó la semana pasada la evacuación de todos los residentes en el norte de Gaza, lo que provocó el desplazamiento masivo de unas 600.000 personas.
Se entiende que el ejército israelí se está preparando para una invasión terrestre del territorio.