La misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) ha anunciado este sábado la llegada en la víspera de más de 130 militares procedentes de Rumanía que servirán de refuerzo adicional para el operativo tras el despliegue este mes de otra partida de militares británicos en medio de un repunte de las tensiones entre Kosovo y Serbia.
El despliegue tiene lugar después del violento ataque del 24 de septiembre efectuado por un grupo armado serbokosovar en un monasterio ortodoxo en Banjska que se saldó con un policía kosovar muerto.
El incidente supuso una nueva oleada de friciones entre Belgrado y Pristina que en el seno de la alianza ven con preocupación, sobre todo después de que la propia KFOR fuera objeto de ataques el pasado mayo.
El contingente de 200 militares británicos llegó el pasado 6 de octubre a Kosovo, dentro de un plan prioritario para la OTAN, que ha reconocido la necesidad de realizar “ajustes” en una misión que llegó a tener 50.000 efectivos en un primer momento y que con los años ha ido reduciendo su contingente.