Biden condenó los ataques terroristas de Hamás y advirtió contra actos de odio contra las comunidades judía o musulmana en Estados Unidos.
El 10 de octubre, el presidente estadounidense Joe Biden habló en apoyo de Israel tras los ataques del 7 de octubre en el sur de Israel por parte de Hamás y condenó sus atrocidades.
También denunció el “odio” contra judíos o musulmanes y habló de la respuesta coordinada de Estados Unidos y sus aliados.
Pura maldad
Biden describió los ataques del 7 de octubre como “maldad pura y sin adulterar”, y describió a Hamás como un grupo “cuyo propósito declarado era matar judíos”.
Acusó a Hamás de crímenes de guerra, incluida la muerte de más de mil civiles, así como de violaciones, mutilaciones y asesinatos de familias enteras, incluidos niños.
Biden confirmó que al menos 14 estadounidenses murieron durante el ataque.
Criticó además la amenaza de Hamás de ejecutar rehenes y luego comparó la “brutalidad de Hamás” con los “peores ataques de ISIS”.
Biden también dio su total apoyo a Israel, diciendo que Estados Unidos apoya a Israel y “se asegurará de que Israel tenga lo que necesita para cuidar de sus ciudadanos, defenderse y responder a este ataque”.
Hamás no representa a los palestinos: Biden trazó una línea entre Hamás y el pueblo palestino, diciendo que el grupo militante no “defienda el derecho del pueblo palestino a la dignidad y la autodeterminación”.
Acusó a Hamás de utilizar a civiles palestinos como “escudos humanos” y de que no ofrecía “nada más que terror y derramamiento de sangre”.
Al mencionar que había hablado tres veces con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, Biden dijo que esperaba que la respuesta de Israel fuera “rápida, decisiva y abrumadora”, como lo sería la respuesta de Estados Unidos si hubieran sido atacados.
Pero también dijo que era importante que las democracias, como Estados Unidos e Israel, se distinguieran de los “terroristas”, particularmente por el cumplimiento de las leyes de la guerra.
Los terroristas “apuntan deliberadamente a civiles y los matan”; que las democracias respetan las leyes de la guerra; “hay una diferencia”.
Quizás esto fue un intento de indicar que Estados Unidos quería que Israel intentara limitar las bajas civiles en su respuesta militar.
NBC News informó que Biden, en una llamada telefónica privada a Netanyahu, había instado al líder israelí a minimizar las víctimas civiles.
Aumento de la asistencia militar
Biden detalló la naturaleza de la asistencia de Estados Unidos a Israel, diciendo primero que Estados Unidos garantizaría el suministro de recursos militares vitales y que también trasladaría un grupo de ataque de portaaviones a la región.
Estados Unidos aumentaría la asistencia militar, incluidas municiones e interceptores para los sistemas antimisiles Cúpula de Hierro.
Biden añadió que su gobierno trabajaría con el Congreso de Estados Unidos para garantizar que hubiera fondos suficientes para ayudar a Israel, aunque el Congreso actualmente no tiene presidente de la Cámara tras el derrocamiento de Kevin McCarthy por ambos partidos.
Estados Unidos compartirá inteligencia y desplegará expertos para consultar con Israel a efectos de la recuperación de rehenes, en particular de ciudadanos estadounidenses mantenidos como rehenes.
También emitió una severa advertencia a cualquier país u organización que estuviera “pensando en aprovechar esta situación”: “No lo hagas”.
Estados Unidos redesplegará el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford en el Mediterráneo oriental y, según el Wall Street Journal , el grupo llegó el 10 de octubre.
El propio servicio de noticias del Instituto Naval de EE.UU., USNI News , también informó que EE.UU. estaba desplegando escuadrones de la Fuerza Aérea de EE.UU. en la zona, incluidos cazas furtivos F-35 y aviones de ataque terrestre A-10.
No hay lugar para el odio
Biden también destacó las medidas tomadas a nivel nacional, con las fuerzas del orden estadounidenses aumentando la seguridad alrededor de los centros de la comunidad judía.
Esto incluía agencias federales como el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, que estaban trabajando para “identificar y desbaratar” las amenazas internas tras los ataques.
Biden también advirtió que “no hay lugar para el odio en Estados Unidos”, ya sea contra judíos o musulmanes”.