Islamabad pidió un alto el fuego y expresó su apoyo a Palestina.
Pakistán ha pedido el fin inmediato del derramamiento de sangre entre militantes de Hamás e Israel, que estalló el sábado por la mañana. Al mismo tiempo, altos funcionarios paquistaníes condenaron a Israel por la “brutalización” de los palestinos.
“Estamos preocupados por el coste humano de la escalada de la situación”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores del país en un comunicado. Añadió que Islamabad había estado pidiendo “consistentemente” una solución de dos Estados para Israel y Palestina.
“Se debe establecer un Estado de Palestina viable, soberano y contiguo sobre la base de las fronteras anteriores a 1967”, dijo el ministerio.
El presidente paquistaní, Arif Alvi, pidió “un alto el fuego inmediato”. Escribió en la plataforma de redes sociales X (anteriormente Twitter) el domingo que la paz no se puede lograr “sin la condena de la usurpación y brutalización de los derechos y el pueblo palestinos por parte de Israel”. Continuó acusando a Israel de la “continua anexión de tierras”.
El sábado por la mañana, Hamás y otros grupos militantes palestinos lanzaron un ataque sorpresa contra ciudades y puestos militares israelíes. Las Fuerzas de Defensa de Israel respondieron al bombardeo de cohetes y a las incursiones terrestres con ataques aéreos contra Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que el país estaba “en guerra” y prometió convertir todos los sitios utilizados por Hamás “en escombros”.
Casi 300 israelíes y al menos 232 palestinos murieron, según funcionarios de ambos lados.