La guerra en curso en Sudán se ha extendido al sur del país y, según se informa, ha obligado a miles de personas a huir tras una serie de ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Según los residentes locales, los combatientes de RSF lanzaron un ataque contra la ciudad de Wad Ashana, situada en la frontera entre los estados de Kordofán del Norte y Nilo Blanco, utilizando numerosos vehículos armados.
“Fueron horas de terror”, afirmó un testigo que se había refugiado en casa de familiares tras huir a diez kilómetros de su ciudad natal.
Actualmente no se dispone de cifras exactas de víctimas del conflicto de Wad Ashana, ya que testigos hablaron de “cuerpos no identificados tirados al costado de la carretera”.
Las imágenes publicadas en las redes sociales el domingo por RSF afirmaban mostrar a los combatientes “tomando el control de la guarnición de Wad Ashana en Kordofán del Norte y avanzando hacia Kosti”, la última ciudad importante en el camino hacia Sudán del Sur.
Casi 7.500 personas han muerto en la guerra que estalló el 15 de abril, según una estimación conservadora del Armed Conflict Location & Event Data Project.
Otras ciudades del país también han informado de escenas similares con voluntarios cavando fosas comunes.
Activistas y médicos sobre el terreno han advertido que el número real de muertos es sustancialmente mayor de lo que indican las cifras oficiales.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 4,3 millones de personas han sido desplazadas internamente dejando atrás todo mientras vivían en escuelas debido al aumento de la violencia.
Otros 1,2 millones de refugiados, repatriados y nacionales de terceros países ya han abandonado Sudán hacia Chad, Egipto, Etiopía, Sudán del Sur y la República Centroafricana
El mes pasado, la ONU advirtió que millones de personas en todo Sudán se están quedando sin alimentos y están al borde de la hambruna mientras el país del noreste de África devastado por la guerra está fuera de control.
El ejército de Sudán y las RSF han estado luchando durante seis meses por una lucha de poder entre el jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Burhan, y su ex adjunto, Mohamed Hamdan Dagalo, quien encabeza la fuerza paramilitar.