Según UNICEF, es probable que miles de recién nacidos mueran en todo el país devastado por la guerra a finales de año.
Más de 1.200 niños menores de cinco años murieron en campos de refugiados en Sudán devastado por la guerra entre mediados de mayo y septiembre como resultado de una combinación letal de un presunto brote de sarampión y desnutrición severa, dijeron las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. .
Las muertes ocurrieron en el estado sudanés del Nilo Blanco, dijeron el martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la OMS en un comunicado conjunto, reiterando su preocupación por el “empeoramiento” de la situación sanitaria en el país africano como resultado de los combates entre grupos militares rivales desde Abril.
Según los equipos de ACNUR, en otras partes del país se han notificado más de 3.100 casos sospechosos de sarampión y desnutrición elevada, así como más de 500 casos sospechosos de cólera.
Las instalaciones de salud están abrumadas por la escasez de personal, medicamentos vitales y equipos críticos, dijeron las organizaciones, y agregaron que los repetidos ataques a hospitales y equipos médicos han exacerbado los desafíos en la prestación de servicios, empeorando los brotes de enfermedades y las muertes.
“…docenas de niños mueren cada día, como resultado de este devastador conflicto y de la falta de atención mundial. Podemos evitar más muertes, pero necesitamos dinero para la respuesta, acceso a los necesitados y, sobre todo, el fin de los combates”, afirmó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que los trabajadores sanitarios locales, con la ayuda de la OMS y sus socios, están haciendo todos los esfuerzos posibles en “condiciones muy difíciles” para evitar más muertes y la escalada de brotes.
“Necesitan desesperadamente el apoyo de la comunidad internacional para evitar más muertes y la propagación de brotes. Hacemos un llamado a los donantes a ser generosos y a las partes en conflicto a proteger a los trabajadores de la salud y el acceso a la salud para todos aquellos que la necesitan”, insistió Tedros.
El conflicto que estalló entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares el 15 de abril ha matado a más de 7.000 personas, según el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
El mes pasado, la agencia de ayuda Save the Children informó que al menos 498 niños en el país norteafricano, incluidos dos docenas de bebés en un orfanato estatal, habían muerto como resultado de la escasez de alimentos y el cierre de centros de nutrición provocados por los combates.
En declaraciones a los periodistas en Ginebra el martes, el portavoz de la agencia de la ONU para la infancia (UNICEF), James Elder, estimó que miles de recién nacidos morirán en todo el país devastado por la guerra para finales de año.
“Cada mes, 55.000 niños necesitan tratamiento para la forma más letal de desnutrición y, sin embargo, en Jartum menos de uno de cada 50 centros de nutrición funciona”, afirmó Elder, citado por la AFP.