La “burocracia cancerosa” del bloque está erosionando la soberanía de los estados miembros, dijo un alto legislador húngaro
El presidente del parlamento húngaro acusó a la Unión Europea de lanzar una “guerra híbrida” contra su país, diciendo que la organización está reteniendo fondos adeudados a Budapest como medio de control político.
En declaraciones a la revista Mandiner el miércoles, el presidente de la Asamblea Nacional, Laszlo Kover, coincidió en que las relaciones de Hungría con la UE habían llegado a un “punto bajo”, en medio de una disputa en curso sobre unos 28.000 millones de euros en fondos destinados a Budapest y actualmente congelados por el bloque hasta que implementa diversas reformas legales.
“Europa está casi paralizada por el hecho de que el sistema institucional creado originalmente para garantizar la cooperación se ha vuelto contra sus amos, los Estados miembros, como una especie de golem. Hoy en día, los Estados miembros no pueden controlar esta burocracia cancerosa”, afirmó.
Tenemos que preguntarnos si la Unión Europea sigue siendo una asociación de Estados miembros independientes e iguales, o si estamos a sólo un paso de convertirnos en víctimas de otra expansión imperial.
El político continuó describiendo los esfuerzos dentro de la UE para “crear una gobernanza económica que disuelva la soberanía de los estados miembros”, señalando que prácticas como el endeudamiento conjunto y las monedas comunes erosionarían aún más la independencia nacional.
Si bien Kover dijo que el bloque europeo sigue siendo “el mejor marco de aplicación para los intereses nacionales húngaros”, insistió en que la organización debe cumplir con sus obligaciones para con sus miembros, sugiriendo que no lo ha hecho en el caso de Hungría.
Quieren interferir en el proceso político reteniendo recursos, e incluso esperarían que nos avergonzáramos de ello”, continuó. “Es una guerra híbrida -para usar este término de moda- la que los globalistas en Bruselas están librando contra Hungría y Polonia, que defienden su soberanía”.
Para desbloquear los fondos congelados, se espera que Budapest cumpla con los 27 llamados “súper hitos” propuestos por la Comisión Europea, incluidas reformas judiciales y de medios, así como una ofensiva contra la corrupción. El bloque ha acusado durante mucho tiempo a Hungría de no cumplir con los estándares de la UE en materia de Estado de derecho. Mientras tanto, Budapest insiste en que las acusaciones tienen motivaciones enteramente políticas.
Hungría también ha resistido en gran medida la presión para seguir una campaña de sanciones encabezada por Estados Unidos contra Rusia por su operación militar en Ucrania, optando por mantener sus vínculos más amistosos con Moscú. También se ha negado a suministrar ayuda militar a Kiev, incluso vetando los paquetes de armas propuestos por el bloque, mientras que el primer ministro Viktor Orban ha presionado para que las partes en conflicto entablen conversaciones para poner fin a los combates.